Capítulo 1

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Había discutido con la idiota de Suzanne McGuinness, una de las chicas más populares del instituto. La muy estúpida comenzó a molestarme diciendo que ella se había acostado con mi hermano, todavía no entiendo como él pudo tener estómago suficiente como para hacerlo. Le respondí que mi hermano era muy inteligente y genial, pero que a veces cometía estupideces porque también es humano. Su única respuesta fue decir la estupidez más grande que he escuchado: "tú estás celosa porque todos mueren por tener sexo conmigo, mientras que tú eres solo una virgen, una muy patética virgen." La contraataqué llamándola perra sin cerebro y, como se quedó sin argumentos para seguir con la "discusión", lo mejor que se le ocurrió fue darme una cachetada. Le sonreí y le dije que se iba a arrepentir, la empujé haciendo que se caiga de culo provocando que todos se rieran, todos claro menos el profesor que entró para ver justo esa escena. Obviamente yo fui la única a la que castigaron porque la muy hija de su madre sabe actuar, o como yo lo llamo, fingir "lágrimas de cocodrilo".

Estaba caminando de regreso a casa, totalmente frustrada. Bufé aún sabiendo que claramente eso no cambiaría nada, mis padres habían sido citados por el director para hablar sobre mi "comportamiento problemático". Pero que idiota, si me buscan es obvio que voy a responder, no soy una sumisa a la que le pueden hacer bullying, es lógico que me vaya a defender. Eso no significa que sea una peleadora compulsiva.

Pateé violentamente una piedra que había en el camino, captando así la atención de mi mejor amigo. Me intentó tomar de la mano pero yo lo evité.

—  ¿Estás enojada conmigo? –preguntó con un tono de voz que me dio ternura, él no sabía nada de la pelea-

— ¿Qué? No, claro que no, jamás podría enojarme contigo.

— ¿Entonces qué te ocurre? Llevas ignorándome cuatro cuadras.

— Es... Complicado –contesté rascándome la nuca, gesto que siempre hacía cuando estaba nerviosa-

— Oh, vamos, puedes confiar en mí –me mostró su mejor sonrisa-

— Es solo que –lo miré mejor y lo apunté con mi dedo- No te rías –intenté mirarlo amenazadoramente pero lo único que logré fue que se riera- Hablo en serio, Dylan.

— De acuerdo, prometo no reírme –alzó ambas manos en señal de defensa-

— Suzanne hizo que me castigaran. Comenzó a alardear que había tenido sexo con Nick durante el verano y a molestarme. Y digamos que el profesor vio como la empujé –sonreí inocentemente-

— No cambias más –rió a carcajadas, comenzamos a caminar nuevamente-

— De todas formas no es eso lo único que me molestó. En cierto punto ella tiene razón en algo de lo que dijo. Todas las chicas del instituto ya tuvieron su primera vez, y su segunda, y tercera, y hasta decimocuarta o más –bufé totalmente frustrada-

— ¿Y el problema es? Deja que disfruten –rió-

— ¿Cuál es el problema? Dylan, soy virgen. Soy maldita y asquerosamente virgen.

— Oh, ya veo –se quedó parado en medio de la vereda haciendo algunos gestos graciosos mientras procesaba la información-

Oh, ya veo –lo imité burlonamente-

— Oye, no hagas eso.

— Haré lo que se me dé la gana. Hasta otras chicas de años inferiores tuvieron sexo. Creo que soy la única chica virgen en todo el instituto y eso apesta. ¿Es porque soy plana? –miré mis senos y los palmeé por sobre la tela de mi remera-

Entonces... ¿Me ayudas? (Dylan O'Brien)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora