Me desperté y restregué mis manos sobre mis ojos. Recordé lo que había pasado la noche anterior e inmediatamente me sonrojé. Me volteé para ver a Dylan pero rápidamente me di cuenta que era la única que estaba acostada. Me senté apoyando mi espalda desnuda en el respaldo y escaneé la habitación con la mirada. Nada. Me destapé y me levanté perezosamente, noté cierta incomodidad al caminar. Levanté mi ridícula braga y me la coloqué, luego caminé hacia mi sostén y, tras levantarlo del suelo, me lo puse. Iba a colocarme la ropa que tenía puesta anoche pero opté por ir hacia el armario de Dylan, lo abrí y saqué una camisa celeste claro. Me la puse y como era obvio, me quedaba bastante grande, arremangué las mangas y salí de la habitación.
Me dirigí al comedor guiándome por un delicioso aroma a café recién preparado. Entré a la cocina y vi como Dylan batallaba preparando un desayuno.
— Buenos días –saludé tímidamente-
— Buenos –me miró y su boca se entreabrió, dejó caer un tenedor y rápidamente lo levantó avergonzado- Esa camisa es mía pero te la regalo, te ves extremadamente sexy –dejó escapar un suspiro-
— Gracias –me acerqué- Algo me dice que necesitas ayuda –quise tomar un cuchillo pero me golpeó suavemente la mano-
— No, nada de eso, lo tengo todo bajo control. Tu ve a sentarte –me pidió señalando la mesa que había en la cocina-
— De acuerdo.
Luego de un par de minutos trajo un tazón de frutas, un plato lleno de hot cakes, otro plato que contenía huevo revuelto con algo de queso derretido y dos tostadas, dos vasos con zumo de naranja y dos tazas de café. Mi estómago gruñó hambriento al ver toda esa comida.
— Se ve delicioso –aplaudí cual nena de cinco años emocionada-
— Espero que sepa tan bien como se ve, no soy un gran cocinero pero quise agasajarte –se sentó a mi lado y me hizo una seña para que empezara-
— Eres increíble –cerré los ojos saboreando el exquisito bocado de huevo revuelto- Esta genial, te adoro.
— Me alegro.
Desayunamos en silencio, disfrutando de semejante banquete. Normalmente suelo desayunar una taza de café o algo rápido, ya que suelo despertarme muy tarde y debo salir corriendo para no llegar tarde al instituto.
Una vez que terminamos me paré ayudando a llevar todo al fregadero. Tomamos una esponja cada uno y comenzamos a lavar las cosas. Le dirigí una mirada traviesa y lo salpiqué mientras reía.
— Te arrepentirás –se quejó y me lanzó un poco de agua- Sí –festejo cuando vio que me empapó-
— No es justo, yo solo te arrojé unas gotas –me quejé juntando nuevamente agua y echándosela, empapándole la remera, la cual se le pegó al torso-
Nos seguimos mojando con agua y algo de espuma hasta que él me tomó por la cintura, ambos reíamos si parar. Me pegó a la mesada y depositó un beso corto en mis labios. Cerró el grifo para no seguir desperdiciando agua y ambos dejamos nuestras esponjas en el fregadero junto con los platos sucios restantes. Me ayudó a subir a la mesada y me senté abriendo mis piernas, me pegó más a él y comenzó a acariciar mi mejilla.
La risa fue reemplazada por una simple sonrisa que hablaba por nosotros. Nos mirábamos a los ojos, cosa que me llenaba de paz. Mordí mi labio inferior y Dylan sonrió más ampliamente.
— Creo que después de lo de anoche, será difícil seguir siendo solo tu amigo –murmuró rozando sus labios con los míos-
— Opino exactamente lo mismo –mi mirada no se despegaba de sus labios, estaba deseosa de volver a probarlos-
— Dígame, señorita ______, ¿le gustaría ser mi novia?
— Déjame pensarlo –ladeé mi cabeza y fingí pensarlo- Creo que podría aceptar si me prometes algo.
— ¿Qué? -preguntó entre ansioso y nervioso-
— Si acepto, inmediatamente tienes que besarme.
— Suena lógico, creo que no va a haber problema –me sonrió de lado-
— En ese caso –acerqué mi boca a su oído- Sí, acepto –susurré para luego depositar un beso en su mejilla-
— Lo prometido es deuda.
Tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso extremadamente tierno. Abrí mi boca para darle acceso a su lengua juguetona. Abrió más mi camisa, la cual estaba bastante mojada, y pasó su mano por mi cintura acariciando mi piel delicadamente. Crucé mis piernas detrás de su cuerpo, atrayéndolo más a mí.
Seguimos besándonos y haciendo chistes toda la tarde hasta que finalmente le dije que debía marcharme de su casa. Ofreció llevarme pero me negué. Terminé de cambiarme y salí. La verdad es que no deseaba irme de allí, pero debía volver para ver cómo seguían las cosas, seguramente mis hermanos estén preocupados por mí.
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Entonces... ¿Me ayudas? (Dylan O'Brien)
FanfictionLa sexualidad es uno de los temas que más llaman la atención de los jóvenes. Si duda alguna es algo que está en boca de todos los estudiantes, ¿quién fue el primero? ¿Cómo y dónde fue? ¿Con quién? Cuantos más detalles se cuente, mejor. Nuestra prot...