Capítulo 2: Me niego rotundamente.

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Pov. Raquel

Luego de dos horas de clase por fin salimos y por suerte hoy tenemos dos horas libres antes de la siguiente clase, así que decidimos ir a sentarnos en donde siempre, las mesas que hay en la parte de atrás de la universidad o como nosotras le decimos "Las Mesitas", es un lugar en donde hay varias mesas debajo de un gran techo en donde los estudiantes van a jugar cartas, charlar entre otras cosas.

Cuando llegamos allí nos encontramos con muestro queridísimo amigo Omar Svalbard, lo conocimos aquí en la universidad y en muy poco tiempo le hemos agarrado mucho cariño, confianza y amor. Es un chico bajito como de 1.60 de estatura, cabello oscuro y lacio, ojos café oscuro y piel blanca solo que está bastante quemado por el sol.

Katy y yo decimos al unísono y con nuestras mejores sonrisas.

-¡Hola Omar!

-¡Hola Raquel!- Me saluda con un beso en la mejilla.

-¡Hola Katy!- La saluda igual, con un beso en la mejilla.

Katy y yo nos sentamos en la mesa y empezamos a charlar de cosas triviales, luego de un rato decidimos jugar que probabilidad hay.

-Oye Raquel- Dice Katy mientras tiene una sonrisa de cínica y una mirada de maldad pura en la cara, oh no amigos, esto no es bueno- Que probabilidad hay de que llames a Drake y le digas "Hola mi amor, buenos días, no olvides que te amo, ten un lindo día" y cuelgas.

-No, tu estás loca, me niego rotundamente- Digo cruzando mis brazos bajo mis bubis.

Está loca me niego rotundamente a hacer eso y mucho menos después que lo superé, es un patán que no se merece ni que lo mire, además es horrible tanto por fuera como por dentro, es una horrible persona no sé ni como me pude fijar en él. Ok luego que desahogué un poco les cuento quién es Drake para que entren en contexto y entiendan porque me niego rotundamente, pónganse cómodos que esta historia es larga. Viajemos a unos 4 meses atrás

4 meses atrás...

Drake y yo empezamos a hablar, tengo que decir que Drake y yo ya nos conocíamos de antes y habíamos entablado pequeñas conversaciones pero él siempre que me miraba actuaba como si no me conociera y yo fuera invisible lo cual eso hacia que a mi me sacara de quicio, me súper estresara y yo no lo pasaba, me caía muy mal y yo siempre decía "Nunca le voy a hablar, me cae demasiado mal" y pues la lengua es el castigo del cuerpo.

Consejo: Nunca digan nunca.

Un día yo estaba sentada sola en una de las mesas de atrás mientras dibujaba unas rosas en un pedacito de papel y de repente llega Drake y se sienta conmigo y empezamos a hablar, hablamos dos horas sin parar y hablamos de todo un poco y me di cuenta que me caía mal una persona que se parecía mucho a mi

O eso creías tú, que tonta Raquel...

Si lo sé, demasiado tonta bueno desde ese día empezamos a hablar 24/7 hasta que un día él me dejó de hablar de repente sin ningún motivo y sin ninguna explicación a lo que yo de tonta fui y le pregunté ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Te hice o dije algo que te molesto y no me quieres decir? ¿Te caigo mal? A lo que él responde...

-Drake.-

Para nada totalmente, lo contrario.

A lo que yo le pregunto

-Raquel.-

Y entonces me puedes explicar ¿por qué me dejaste de hablar?.

Él me contesta...

No me destruyas, Por favor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora