El "amor"... ¿Qué es el amor en sí? Es extraño, eso sin duda. Aunque... ¿Quién marca lo que es extraño y lo que es normal? Quizá sea lo más normal del mundo, quizá sea lo más extraño e incomprensible. Lo único que puedo asegurar es que es real, sí, real como yo, real como el aire que respiras y entra a tus pulmones, llenándote de vida, tan real como la sensación de tener el pasto fresco entre los dedos de tus pies... vaya, eso sí que se siente realmente bien.
Es tan real como esa sensación de no poder respirar más... de asfixia, tan incomoda y dolorosa a la vez, la sensación de que estás perdiendo la vida y no puedes hacer nada para evitarlo porque te estás muriendo... bueno, quizá pueda ser un sueño, pero no es así; la lanza que atraviesa mi abdomen en este momento me dice que no es un mal sueño porque me causa mucho dolor, además que el frío líquido que rodea mi cuerpo tiene despiertos mis sentidos, que poco a poco se vuelven más débiles conforme pierdo sangre, conforme voy bajando hasta lo más profundo de este océano congelado. Aún puedo ver la luz que se refleja en la superficie, esa vista es simplemente hermosa, aún con el dolor de la lanza, aún con la asfixia que poco a poco me está matando llenando mis pulmones de agua salada... aún con el dolor de saber que dejo a mi querido león de las montañas solo... solo...
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Narrado en 3era persona.Las nubes grisáceas pronosticaban una gran lluvia para el día de hoy, el viento es más gélido de lo normal, eso era seguro, y el joven muchacho de cabello negro y ojos tan azules como el agua de océano en primavera lo sabía. Su nombre es Lars, segundo hijo y descendiente del clan Niels, uno de los cuatro clanes que habitan en esta isla rodeada de un casi congelado océano.
—Lars... apúrate hijo, tenemos que llevar estos troncos a la cabaña antes de que empiece el vendaval.—llamó su atención su padre, líder del mismo clan, el joven asintió y dejó de mirar el cielo para apresurar el caballo que llevaba la leña.
—Sí, padre.—respondió el menor para seguirle.
Caminaron casi un cuarto de kilómetro antes de llegar a la aldea del pequeño clan. Se podía observar a los pequeños niños corriendo de un lado a otro con cañas de pesca y pescados crudos ya que desde temprana edad se les enseñaba todo acerca del océano madre, de la abundancia que trae a las vidas, lo maravilloso que es y que siempre proveerá, pero también se les enseña a respetarlo y lo peligroso que puede ser cuando ella está enojada.
El clan Niels habita a la orilla del mar que rodea la isla, se especializa en la pesca y herrería, así que ellos se encargan de fabricar las armaduras y armas para los vikingos de los clanes hermanos de la isla, además de proveer con los mejores mariscos, por algo se le es conocido como "El clan pesquero".
Los otros tres clanes son "El clan Olson", el principal y más fuerte de la isla ya que allí reside Jorgen, padre de los cuatro clanes y el mejor guerrero conocido en toda la isla. Este clan contribuye con los mejores vikingos guerreros y se especializa en la caza de animales comestibles en tierra. Después tenemos a "El clan Haakon", el cual se especializa en el adiestramiento de animales y crianza de ellos. Y por último "El clan Viggo" el cual fabrica las balsas, barcos de guerra y carrozas. Cada uno de los clanes contribuye en algo para que entre los cuatros formen lo que es "La Isla de Odín". Nunca ha sido derrotada antes en alguna batalla contra otras islas enemigas.Después de haber llegado a su cabaña y depositar la leña Lars y su padre se dispusieron a sentarse a comer.
—¿Qué hay de comer hoy Silvestre?—preguntó su padre a su esposa.
—Un poco de cerdo asado, cortesía de nuestros hermanos de Haakon.—respondió la dulce mujer.—Pero aún no podemos empezar a comer, tenemos que esperar a Finm, Lars... ¿Por qué no vas por tu hermano? Está pescando.
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Amor VIKINGO. | Pausada ❗️
FantasyAmor VIKINGO. Sinopsis: Esta no es otra historia de amor, es una manchada de sangre, exilio y tragedias... una historia que no está adornada de flores... una donde no sale el sol, o, al menos no vives para verlo. ¿Te animas a leer la llama de una pe...