Cap. II (1/3)

2.5K 25 0
                                    


Por fin he despertado, mis ojos poco a poco se comienzan a abrir, estoy en una cama grande, con las sábanas celestes y las almohadas blancas, ni siquiera sé donde me encuentro, o cuanto tiempo ha pasado. Me duele mi tobillo y aún sigo un poco mareada. Derrepente (...) entra a la habitación y me dice:

- Qué tal (...), ¿como te sientes?

- Me duele el tobillo y me siento un poquito mareada.

- Pues te caíste bastante fuerte y estuviste tres horas inconsciente.

- ¿Y dónde me encuentro?.

- En mi casa.

- ¿Cómo llegué aquí?.

(...) Se sienta en la cama.

- Verás, cuando ibas saliendo, yo te vi y te quise hablar, pero tú te echaste a correr, tropezaste y quedaste inconsciente, pero te levanté en mis brazos y como no vivo lejos de la preparatoria, te traje hasta acá, te acosté y limpié tu rostro.

En un intento por sentarme en la cama me doy cuenta de que no traigo el uniforme, tan sólo traigo puestas mis bragas.

- ¡¿Ay Dios, pasó con mi ropa?!.

- Caíste en un charco y tu ropa quedó toda empapada y sucia, pero por eso no te preocupes, se está lavando.

Me puse muy colorada y tímidamente le preguntó:

- Tú... ¿me quitaste la ropa?.

- Pues... si, no quería que te enfermaras o que te diera algo peor, además, no te iba a acostar con la ropa llena de barro.

Cierro mis ojos y aprieto muy fuerte la frazada que me cubría (Ay cielos, que vergüenza más grande).

(...) intentando romper la gran tension entre los dos, me pregunta:

- ¿Tienes hambre?.

- Muero de hambre.

- Bueno, te prepararé una sopa.

- Muchas gracias, eres muy amable.

- Tranquila, me alegra bastante que te estés recuperando. No te muevas, te traeré un paño húmedo para tu tobillo.

- Esta bien.

Sale de la habitación y al regreso trae el paño y lo coloca en mi tobillo con mucho cuidado.

- Oye, ahora voy a preparar tu sopa, sólo relajate y espera un poco, tienes que descansar.

Al pasar el rato, mi tobillo ya no me duele tanto (por lo menos no tanto como hace un rato) y (...) entra al cuarto con la sopa en una bandeja y yo me dispongo a comerla (de solo pensar que él la hizo me hace comerla con muchas más ganas). Al finalizar, (...) retira la bandeja.

- Estuvo muy rico, gracias. No... No debiste molestarte

(...) con una sonrisa llena de dulzura y ternura me dice:

- De nada, es un placer. Creo que tu ropa ya se seco, asi es que te la voy a traer ¿como sigue tu tobillo?.

- Va mejorando poquito a poco.

- Me alegro un montón. Voy a buscar tu ropa.

(...) Sale de la habitación.

En lo que él no estaba en el cuarto me puse a pensar "¿me habrá manoseado mientras yo estaba inconsciente?", "¿Que habrá pasado por su mente al momento de quitarme la ropa poco a poco hasta tener mi cuerpo casi por completo al desnudo?", "¿En dónde carajos están sus padres?", "¿Qué le habrán dicho sobre traer una chica en este estado?"

Mientras yo seguía con mis pensamientos y preguntas, (...) Vuelve al cuarto con mi ropa.

- Aquí tienes, ya está perfecta.

- Muchas gracias, eres muy amable, no tenias que hacer todo esto.

- Descuida, es lo menos que puedo hacer, me llena el alma saber que estás mejor.

Ante sus palabras, tan solo me puse un poquito colorada (eso creo), y sonreímos tímidamente.

- ¿Me dejas sola para vestirme?

- Ah si, si disculpa.

Él se va de la habitación, yo como puedo intento levantarme de la cama para poder vestirme. Comenzé a buscar mi brasier, sin poder encontrarlo, decidí ponerme mi falda, pero sin previo aviso (...) Entra al cuarto.

- Oye, aquí está tu bra...

El Placer de La Lujuria (+21) [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora