El Placer de La Lujuria (+21) [En Emisión]

Cap. IV (1/???)

Son las 07:00, estaba en lo mejor de mis sueños, cuando suena esa maldita alarma (aunque, pensándolo bien, ya es como la quinta vez que suena), desesperada, me levanto de la cama, me ducho rápidamente, me coloco mi falda, mi blusa y un abrigo de color negro que me llega hasta los muslos, me peino y voy a tomar desayuno.

Mi mamá me pregunta:

- ¿Por qué te despertaste tan tarde? Muy traviesa y burlona (pero a la misma vez con mucho sueño) le contesto:

- Es que el sueño estaba que tuve estaba tan bueno, ufff si supieras.

Mamá me mira, y en su rostro hay una sonrisa lujuriosa y me levanta las cejas repetidas veces, yo al ver su reacción escupo el café que estaba bebiendo y exploto en una gran carcajada.

Son 7:45, Tomo mi mochila, mi celular y mis audífonos (porque caminar sin escuchar música es muy aburrido y es un completo martirio) y voy camino al colegio. Si hay algo que adoro es caminar mientras escucho música, hace que la vida y el mundo sea mucho más bonita, como si uno fuera el protagonista del video musical de la canción que estas escuchando, o a veces te inventas alguna historia pasajera con la letra de la canción (no sé ustedes, pero a mi me pasa mucho).
En el reproductor busco alguna canción que me inyecte adrenalina en mis venas, y la melodía que suena no es nada más, ni nada menos que “In The End” de Linkin Park.

A mi alrededor hay mucho tráfico, adultos, adolescentes, niños y niñas caminando apresuradamente, mucha gente en buses, bicicletas, y como siempre, bastante gente en sus automóviles sin dejar de apretar la bocina. Reviso mi celular y el reloj marca las 7:57.

- Oh mierda!, voy muy atrasada.

Una vieja desconocida me dice:

- Ay, pero que niña tan insolente.

Con mucha seriedad le respondo:

- Váyase al carajo, señora.

Mi corazón se acelera, lo que provoca en mí una gran adrenalina para correr, pero no me percaté de que mi falda de se levantó y se me vio mi ropa interior

- Uuuuy, Además de vulgar la niñita.

Volvió a decir aquella odiosa vieja, pero no le di importancia, lo que si me preocupó bastante fue que se vieran mis bragas.
Estoy a punto de llegar a la entrada del colegio, el timbre suena pero, para mi suerte logré entrar sin problemas. Con el corazón en la mano (en sentido figurado) me voy a la sala de clases y lo primero que encuentro es a mi curso desordenado y haciendo mucho ruido (como si fuera un zoológico cualquiera). La profesora de matemáticas, aún no ha llegado pero, eso me ayuda bastante para estar más tranquila y relajada al momento de iniciar la clase.

En mi intento por estar más tranquila, (...) entra a la sala de clases un par de segundos después que yo. Lo veo entrar y pasar junto a mi lado, nuestras miradas se juntaron en un momento cósmico, (...) me guiña el ojo junto a ello una sonrisa picarona y dulce. Yo me puse roja como un tomate y solo pude darle una tímida sonrisa con una pequeña mordida en mi labio inferior. No había palabras pero, el solo contacto de nuestros ojos en ese instante podrían decir millones de cosas.

Mi compañera de banco me dice:

- ¿Te sucede algo?.

- ¿Po... por qué?

- Pues, estás muy roja.

- N... no es nada... Tal... tal vez es el frio.