Dimitri e Ishida: Una Batalla

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Las calles estaban en silencio y oscuras, pero ese silencio perturbador de que sabes que hay algo acechándote y no sabes dónde por toda esa oscuridad que hay a tu alrededor, algunas de las bombillas del estacionamiento no funcionaban. Ese silencio y oscuridad nos adsorbía mientras ayudaba a mi amiga a subir a mi auto. Me dejé llevar por su carita de osito perdido y le dije que si podíamos salir, y ella va y se emborracha. Podrían atacarnos por su culpa. Pero como buena mejor amiga que soy acepté esta salida de chicas.

Simplemente que sabía que no era nada más una salida, ella trataba de ahogar sus penas, la desaparición de Dylan la afectó de una manera diferente a todos sus hermanos, siendo gemelos solo me imagino que el dolor es más profundo que cualquier otra cosa. Todo el mundo estaba en un estada critico buscando a Dylan, sus hermanos definitivamente se habían puesto al trabajo. Pero ella igual se sentía sola. Dayla y Dylan eran como uña y mugre, nunca podrías haber visto a unos hermanos más unidos que ellos dos, que siendo gemelos los hacía más cercanos. Dylan, mayor que ella por un minuto, el era su guía, para Dayla era su figura a seguir. Sus otros hermanos, Dimitri, Derek y Danton sabían que ella estaría así pero no sabían como yo que ella estaba más allá de devastada, ella estaba rota. Lo podía ver en sus ojos. Esa alegría que siempre estaba en Dayla murió en el momento que Dylan desapareció.

Esta salida era su forma de olvidar, beber hasta acabar inconsciente en mis brazos era su forma de tapar su dolor, pero yo más que nadie la podía comprender, el dolor no se iría con alcohol, tardaría en sanar, como tardé yo, pero llegaría un momento en que esa herida sanaría, solo faltaba tiempo. Así que acepté a salir con ella, para que pudiera ahogarse en alcohol. Sus hermanos definitivamente me matarían. Bueno, uno de ellos específicamente estaría sobre mí por dejar a su pequeña hermanita borracha, Dimitri estaría más que enojado. Pero amaba enojar a los grandes hombres Sumter.

Vamos nena, ayúdame un poco ¿Si? – le dije a mi inconsciente mejor amiga mientras trataba de meter su laxo cuerpo en el asiento trasero, así podría acostarla y estaría mas cómoda en el trayecto de una hora hasta su casa. Con un gran trabajo terminé de acomodarla y cerrando la puerta me volteé para rodear el auto cuando sentí la presencia de otros. Allí entre los árboles, me estaban observando, pude sentir a dos nada más. Lobos. Odio a los lobos. Ellos no pueden solo meterse con las panteras. No conmigo. Oh amigo, lo iban a lamentar.

Sonriendo camine hacia el otro lado del auto pero cuando iba a abrir la puerta una mano la detuvo que abriera. Sabia quien era y me enfurecí, esta iba a ser mi pelea. Que injusto.

¿Qué haces gatita? – su voz choco con mi oreja y me hizo estremecer. Me calme diciendo que fue el viento y no su presencia.

Estaba a punto de patear los traseros de aquellos perros – lo pude sentir sonreír a mi espalda – y no me llames gatita – resoplé.

Sabes que son dos ¿No? – su tono me enfureció y me voltee de golpe para quedar atrapada entre sus brazos, a cada lado de mi cabeza.

Te recuerdo, Dimitri, que soy la mejor en combate, pregúntale a Derek como sigue después que lo dejé inconsciente ¿quieres? – el sonrió lo que me hizo enfurecer mas.

Eso no cuenta, estaba borracho, así cualquiera. Tú no podrías contra un grizzli, te recuerdo que nunca me has ganado ¿eh? – mi boca cayo abierta. Me quitaba el crédito, santo infiernos claro que no. Yo noqueé a Derek y el estaba tan sobrio como yo en estos momentos.

Claro que cuenta, demonios, lo aplasté, soy mejor que él – detrás de nosotros sentimos más cerca a los lobos.

Hagamos algo ¿Si? – Antes de que pudiera responder el continuo – tú pateas con tu súper fuerza de gatito y yo al otro ¿Si? Pero no te dejare que pelees con dos – dijo con el ceño fruncido. A veces era tan atento…me molestaba.

Dimitri e IshidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora