Dos

232 17 11
                                    

Jeon Jungkook sabía que era un nerd. Un listillo, rata de biblioteca, ñoñazo, estudiante máximo y muchas cosas más. O más bien, sabía que el resto de la escuela lo consideraba así. Y no era algo que le molestara en lo absoluto.

Eran cosas subjetivas. Por extraño que sonara, la escuela no le causaba repulsión; incluso la disfrutaba. Y al parecer eso te convertía automáticamente en un ñoño. Tampoco era su culpa que todos en la escuela fueron unos idiotas y por eso su coeficiente intelectual medianamente alto resaltara aún más. Todo dependía de la persona a la que le preguntaras.

Pero lo que definitivamente Jeon Jungkook sí era, era un friki de primera categoría. Sin lugar a discusión.

No se avergonzaba de eso, ¿para qué? Sentirse mal por lo que era no iba a cambiar nada.

Era un friki de primera. De esos que colección comics cuáles tesoros valiosos. Que conocen al dedillo todas las historias ñoñas que todo el mundo considera raras (Star Wars, El Señor de los Anillos, Star Treck...), que podía pasar horas y horas jugando un videojuego con tal de pasar el mayor nivel; y claro, gastar toda su mesada en lo que parecía mercancía barata.

Y como el gran friki que era, le encantaba disfrazarse de todo aquello que era fan.

Desgraciadamente, sólo había tres ocasiones socialmente aceptables para caracterizarse: las convenciones de fanáticos (que el chico desgraciadamente no se podía permitir de su pobre bolsillo de alumno mantenido), una representación teatral y las fiestas de Halloween.

Y esa era razón por la que, a unos cuantos días de Halloween, Jeon se encontraba sentado junto a sus amigos en su mesa de la cafetería y con una expresión de emoción.

Bien, debía admitir que la mesa en general apestaba. Estaba demasiado cerca de los basureros, que la mayor parte del tiempo desprendían un olor dulzón de comida podrida y toda la superficie de la mesa estaba bastante pringosa, resultando un tanto desagradable intentar comer en ella. Pero como decía Namjoon, algo era algo. Considerando el muy poco destaque social que el grupo de amigos de Jungkook tenía, eran bastantes afortunados de tener esa mesa y no tener que tomar el almuerzo en la intemperie junto con los estudiantes fumadores y los hippies.

Todos en la mesa estaban emocionados; tanto que hasta habían dejado sus libros de lado y miraban con atención a Namjoon, el chico que solía fungir de líder en su grupo y que había tomado la palabra.

—Bien, chicos, dentro de poco será Halloween y debemos escoger de que disfrazarnos, ¿alguna idea? —preguntó el chico mientras se frotaba las manos.

—Podríamos ser la liga de la justicia —sugirió Hoseok, el más alegre de todos y que siempre traía una sonrisa en su rostro.

—Eso ya está muy usado —replicó Seokjin, el mayor de todos, mientras se miraba las uñas con gesto desinteresado.

—¿Y qué tal si nos disfrazamos de las casas de Hogwarts? —Jungkook habló con timidez.

—Ni hablar. Es el disfraz menos original de la historia y nosotros podemos hacer algo mejor —rebatió con desprecio Namjoon.

Debatieron por unos cuantos minutos distintas ideas de disfraces grupales, sin llegar realmente a un acuerdo. Namjoon golpeó frustrado la mesa.

—Así nunca llegaremos a algo —exclamó molesto—. Así que lo preguntaré por una última vez, ¿alguien tiene una idea? Porque juro que, si no se les ocurre una buena ahora mismo, nos disfrazaremos de teletubies, ¿entendieron?

Jungkook se resignó a su destino. Estaba decidiendo si quería ser el azul o el rojo, cuando Hoseok tronó de improviso los dedos.

—¡Lo tengo! ¿Y qué tal si nos disfrazamos de hobbits?

Tae Snow   [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora