Seis

104 13 3
                                    

Jungkook frotó sus dedos en cierto punto arriba de la ceja izquierda sintiendo como éste latía con punzadas dolorosas en una clara señal de que un dolor de cabeza venía en camino. Lo que le faltaba, pensó fastidiado mientras se preguntaba cómo se había dejado arrastrar hasta a esa situación.

Al inicio del día nada indicaba que algo malo iba a pasar. El chico despertó con una sonrisa al recordar el maravilloso día que era. ¡31 de octubre! Su emoción decayó un poco al recordar que había prometido ir a esa estúpida con sus amigos esa misma noche, pero intentó mantener el ánimo arriba y tras arreglarse como solía hacerlo, partió a la escuela.

En los pasillos rebosaba el ambiente "halloweenesco" y aunque Jungkook no era una persona que solía seguirle la corriente a la mayoría, no pudo evitar contagiarse del espíritu reinante y se encontró manteniendo un par de conversaciones superficiales sobre el tema con dos chicos de su clase de inglés.

Cuando fue la hora del almuerzo y llegó a su mesa, se encontró ya ahí a sus amigos, que al verlo sonrieron ampliamente y se recorrieron para poder dejarle un espacio. Les agradeció con una sonrisa y se sentó entre Hoseok y Namjoon. Mantuvieron una conversación trivial y ñoña mientras terminaban su comida; pero cuando dejaron sus bandejas de lado Jungkook supo que lo interesante estaba por comenzar.

—Es hora de hablar de Halloween, chicos —dijo Hoseok y Jungkook tuvo que contenerse para no dar un bote de alegría en su asiento, porque demonios, como le encantaba ese día—. Namjoon, ¿pudiste conseguir los disfraces?

El chico asintió.

—Sí. Mi tío me los consiguió justo ayer. Dijo que tuve suerte porque por poco no lo logra. Si quieren, esta noche nos vemos en mi casa para poder disfrazarnos y luego irnos a la fiesta todos juntos. Y si también les parece, regresando de allá, podemos hacer pijamada en mi casa.

Jungkook se emocionó el doble. No solo porque las pijamadas entre ellos eran legendariamente frikis; si no porque si planeaba hacer una, significaba que quería regresar temprano de la condenada fiesta.

Fue entonces que Seokjin habló.

—¿Una pijamada, Joon? ¿No crees que regresaríamos un poco tarde para eso?

"Ah, no" pensó molesto Jungkook. "Nadie me va a quitar mi pijamada". Así que poniendo su carita más dulce y grandes ojos de cachorro dijo:

—Pero Jin hyung, mi madre no me dará permiso de ir a la fiesta si es hasta tan tarde. Así que la idea de Namjoon hyung es fantástica para que me den el permiso.

Seokjin suspiró, pero acabo asintiendo.

—De acuerdo, pijamada en casa de Namjoon al finalizar la fiesta.

—¡Sí! —Hoseok alzó el puño—. Llevaré el Domino.

El resto de la jornada escolar transcurrió de forma calmada. Recibió la nota de su examen de inglés, obteniendo una felicitación por parte de su profesor por tener la calificación más alta de todo el salón. En clase de física, por petición de su maestro, leyó en voz alta enfrente de toda la clase su reporte, recibiendo halagos por su excelente trabajo. Y al final del día, se le acercó su profesor de matemáticas, preguntándole si no había considerado la idea de unirse a las olimpiadas de matemáticas que se acercaban, asegurándole que él sería el candidato perfecto para representar a la escuela. En resumidas cuentas, un día de lo más común.

La tarde fue igual de tranquila. Almorzó agradablemente en compañía de su madre y después de recoger la cocina, se dispuso a hacer tarea y a estudiar un poco. Para las siete de la noche ya tenía sus libros cerrados, una mochila con una muda de ropa para la pijamada con los chicos y una gran sonrisa en el rostro. Salió de su cuarto dando pequeños saltitos y se dirigió a la cocina dónde sabía que estaban su madre.

Tae Snow   [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora