Ocho

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Era obvio que, con casi dieciocho años de edad, Jungkook había pasado numerosas situaciones incomodas en su vida; desde rechazar invitaciones de chicas lindas hasta ser atrapado por su mamá mientras descubría su propia sexualidad: pero sin duda nada semejante a lo que estaba viviendo en ese momento. Porque definitivamente nada lo había preparado para estar atrapado en una habitación con un chico que usaba vestido y al parecer tenía un genio terrible.

Miró de reojo al susodicho que estaba acostado en la cama con expresión de aburrimiento preguntándose porque demonios usaba vestido. No es que estuviera en contra o se le hiciera repugnante (para ser sinceros, en más de una ocasión Jungkook se había sentido atraído hacía chicos con ropas femeninas), pero no se le dejaba de hacer extraño. ¿Era su disfraz o así vestía normalmente?

— ¿Qué tanto me ves? —gruñó el contrario cuando lo pilló.

—Solo estaba pensando en si te conocía —se inventó sobre la marcha porque debía admitir que sus pensamientos eran un poco extraños, incluso acosadores.

Aunque ahora que lo pensaba, el rostro del chico si se le hacía conocido. Se sentó en la silla enseguida de la cama y lo miró aún más atentamente. Considerando que la fiesta era de un chico de la escuela, era probable que antes se hubieran visto en los pasillos, incluso podrían compartir una clase o dos.

Entonces lo supo.

—¡Eres el chico grosero de la cafetería! —exclamó.

—¿Disculpa?

—¡Sí! El chico que le gritó a unas chicas en medio de la cafetería hace una semana —Jungkook frunció el ceño molesto al recordar la actitud altanera del contrario.

El chico lo meditó por unos instantes y luego esbozó una sonrisa burlona.

—Ah, esas chicas. Sí, soy yo. Kim Taehyung para servirte. Mentira, no quiero servirte para nada, enano.

Jungkook frunció aún más el ceño. ¿Ese era el famoso Kim Taehyung? Había escuchado antes de él: el chico que poseía un rostro angelical, pero un carácter horrible. Era conocido por encantar a todos en la escuela con su belleza etérea; encanto que desaparecía en cuanto el chico abría la boca y dejaba en claro que su actitud no era ni la mitad de atrayente que su rostro. Y ahora con solo una escasa media hora de convivencia, lo podía confirmar de primera mano.

—Eres un cabrón —se escuchó decir—. Esas chicas no merecían que les hablaras así.

Taehyung alzó la cabeza de la almohada, más divertido que ofendido.

—¿Por qué te molesta tanto como las haya tratado? ¿Acaso una de ellas es tu novia?

—¡¿Qué?! ¡Claro que no! No es que sean feas, pero... —Jungkook empezó a toser, incomodo. ¿Cómo podía explicarle que las chicas definitivamente no eran su estilo?

—Es broma —Taehyung sonrió maliciosamente—. Es más que obvio que ninguna chica en su sano juicio saldría con alguien que se disfraza de enano.

—¡No soy un enano! Soy un hobbit —chilló enfadado el pelinegro.

—Lo que sea —Taehyung puso los ojos en blanco.

—¿Y qué me dices de ti? Las chicas tampoco han de encontrar atractivas a las princesas groseras —se mofó Jungkook.

—Para tu información, no me importa si me consideran atractivo o no; porque ellas no me lo parecen en lo absoluto —respondió con simpleza el chico y volvió a dejar caer la cabeza en la almohada.

—Esa debe ser la peor excusa que he escuchado en mi vida para intentar ocultar el hecho de que no le agradas nadie —murmuró Jungkook.

Inmediatamente Taehyung alzó la cabeza.

—¿Disculpa?

—Nada —se apresuró a aclarar porque no deseaba problemas, pero el chico ya se había levantado y plantado frente a él.

Taehyung parecía realmente molesto y dispuesto a hacerlo tragar sus palabras. Jungkook lo miró de reojo. Con los brazos cruzados, el ceño fruncido, los labios en un puchero enojado... bueno, Jungkook tenía que admitir que el chico era lindo y por unos segundos se permitió admirarlo. Era fácil entender porque su belleza era tan celebrada en la escuela. Pero la mirada de ira del otro lo trajo devuelta a la realidad.

—Repite lo que dijiste, vamos, te reto. ¿O acaso eres un cobarde?

¿Cobarde? ¡Nadie le decía cobarde a Jeon Jungkook y salía impune de eso! Normalmente era una persona pacifica (siempre y cuando no se metieran con sus comics o intentaran comerse su almuerzo) que evitaba la confortación, pero Taehyung había cruzado la línea. Enojado se levantó y encaró al chico.

—¡No soy un cobarde! Y si fuera así, preferiría serlo, a ser un grosero con el mundo como tú.

—¡No soy un grosero!

—¿Ah sí? ¿Entonces por qué le gritaste a esas chicas? ¿Cuál es tu problema? Ellas no te habían hecho nada.

—Eso no es de tu incumbencia, enano.

Los dos se miraron con rabia contenida por unos cuantos segundos, la tensión haciéndose más y más palpable; y por unos terribles instantes, Jungkook realmente pensó en que no tardarían en molerse a golpes. Ese pensamiento aclaró su mente en medio del momento de calor y disgustado consigo mismo, se alejó del chico.

—No voy a pelear contigo —resolvió sentándose en la cama.

— ¿Por qué no? ¿Es por qué eres un cobarde? —chinchó Taehyung para molestarlo.

Jungkook estuvo a punto de replicar, pero recordó su resolución y se limitó a encogerse de hombres y a darle la espalda. Como decía Namjoon: para una pelea se necesitaban dos personas y Jungkook no iba a ser una de esas.

Al ver que no iban a seguirle la corriente, Taehyung resopló molesto.

—Bien, como sea, enano —y se dejó caer en la cama, muy cerca de Jungkook, para su disgusto.

—Hazte para allá —gruñó mientras evitaba rozar cualquier parte de su cuerpo con el contrario.

—Tú hazte para allá que yo me acosté primero —espetó a su vez Taehyung.

—¡Estás ocupando todo el espacio!

—¡¿Estás diciéndome gordo?!

Jungkook mandó al carajo su intención de no tocar al chico cuando sintió como era empujado por un costado. Empezaron a forcejearen el breve espacio, intentando desesperadamente ganar más terreno y demostrar quién era el que mandaba. Era una pelea bastante igualada hasta que Taehyung le clavó descaradamente el codo en el estómago, logrando que Jungkook se quedara sin aire por unos segundos y bajara sus defensas, lo que el chico no dudó en aprovechar para darle un fuerte empujón y mandarlo de cara al suelo.

—¡Eso es trampa! —chilló enojado mientras se levantaba de un salto, dispuesto a quitar a ese tramposo chico hermoso con la misma táctica sucia.

Pero Taehyung ya se había extendido en toda la cama en posición de estrella, y Jungkook vio realmente difícil poder quitarlo. Así que se resignó y empezó de nueva cuenta vagar por el cuarto sin saber que hacer realmente. Todo indicaba que sería una noche muy larga.



de nuevo perdonen la tardanza, pero vengo con excelentes noticias: dada la temática de la misma historia y que prácticamente ya tengo todos los capítulos escritos, planeo hacer pequeños maratones de la misma para así publicar el último capítulo en halloween. así que agárrense, que en cualquier momento les suelto los capítulos de golpe. gracias por leer.

Tae Snow   [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora