Prologo

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El último año del bachillerato está lleno de emociones, algunas buenas, otras no tanto. La expectativa de lo que se viene después de salir del colegio, la emoción por lo que crees que es entrar a la universidad, la nostalgia de pensar en perder contacto con tus amigos de años y años, el nerviosismo de crecer. Una montaña rusa de emociones. Y, aun así, de las mejores épocas de la vida.

Angélica no para de pensar en todo lo que va a vivir en su último año en el colegio, se ha gastado todas las vacaciones pensando en cada detalle y en cómo hacer que todo sea perfecto; el viaje de fin de año, su vestido de graduación, su candidatura para la personería del colegio y escoger una universidad. Emociones y más emociones.

Por otro lado, está Iván, quien toma lo que para Angélica es un final, como un inicio. Él acaba de graduarse de la universidad y contó con la gran suerte de conseguir un puesto en uno de los mejores colegios de la ciudad, el Británico. Para serse sincero, no creyó recibir una llamada después de la entrevista, pero ahí está, organizando las cosas para su primer día de trabajo. Emociones lo recorren a gran velocidad. Expectativa, ansiedad y nerviosismo. Una locura también.

Pero con lo que ninguno de los dos cuenta es con conocerse y poner de cabeza el mundo del otro. Porque a los dieciséis, involucrarte con un hombre siete años mayor no se ve para nada bien; a los veintitrés, involucrarte con una chica siete años menor es una completa locura. Y todo es mucho peor cuando su relación comenzó como estudiante y maestro de literatura.


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