La bolsa

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El niño recolectaba monedas

mientras todos se atascaban de pan.

El niño sólo quiere dinero.

Nadie, ni la rica señora sacó su monedero.

Pasan sin cuidado, lo pisan y nada le dan.

Eso pasa cuando en la presunción te enredas.



El niño tenía tristes sus dulces

y nadie se acercó a animarlos.

Su madre se ha negado a cuidarlos,

ahora en sus ojos se le van las luces.




La bolsa tiene más de lo necesario,

y no es comunismo ni ideología,

es un sentido humanitario

al que le han cometido herejía.



Nada tiene final feliz

hasta que uno toca el suelo

y deja un pedazo de pan.

La niña con clase camina en el cielo gris,

se recoge su largo pelo

y le da la esperanza al niño que nunca le dan.

La metodología poética del espírituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora