También soy humano

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He sido juzgado por no controlar mis situaciones,

he tratado de enmendar errores sin decir ni una sola palabra.

He sido guiado completamente por mis enociones

y eso ha arruinado mis mayores pasiones.

Nunca he sido paciente porque me voy antes de que la última puerta se abra.




He envenenado a la gente más inocente,

incluso a aquellos que amé con pasión desmedida.

¿Perdón? Mi orgullo no está al alcance de pronunciarlo.

No soy nada más, ni una joya entre piedras de agua corriente

y eso me ha llevado a dar una cruel y vulgar despedida,

sólo para aquellos que amé y que mis manos confié alguna vez sin dudarlo.





Pero también soy humano y hago desastres en un segundo,

soy capaz de alzarme en un día y caer al siguiente.

Es como las piezas de ajedrez, donde un mal movimiento te arruina,

sin embargo, existe la revancha para enmendar el error.

También soy humano y he sentido mucho el dolor,

también he llorado de esquina a esquina.

Soy una persona que sí sabe de amor, que sí lo siente,

pero, a pesar de eso, soy alguien diferente en este mundo.





A todos los que he lastimado, perdónenme.

A aquella dulce aceituna negra que desperdicié, te pido perdón.

A aquellos cómplices de la malicia y el error, no comparto su razón,

pero sin tomar en cuenta nuestras diferencias, perdónenme.





Recuerden que soy cobarde y eso me hace humano.

Soy cobarde, sí, pero estoy aprendiendo a ser valiente.

Queda en mi juicio la memoria de aquel joven sano

que se levantó para convertirse en un hombre diferente.

La metodología poética del espírituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora