6 Meses antes.
“No sé por qué pasó. Solo pasó.”
Era una tarde calurosa a las afueras de la ciudad, una pequeña brisa se colaba por mi ventana y con ella el aroma del césped recién cortado. Cuando de pronto, la puerta se abrió trayendo consigo un leve chirrido y una delicada sombra de la cual emergió la silueta de mi compañera de piso.
- ¡Ya estoy aquí! Espera… ¿Te has pasado todo el día leyendo? - Decía a la par que señalaba el libro que sostenía con mis pálidas manos.
- No me apetecía salir- Contesté.
Dejó el bolso en la mesita de la entrada junto con las llaves y el móvil y retomó la conversación.
- Blake preguntó por ti- Soltó de repente.
- No sé quién es Blake y no es que me interese, además te he dicho mil veces que estoy aquí para lo que estoy- Repliqué exasperada.
- Ya veo, estás aquí para leerte el mismo libro una y otra vez sin salir de casa -Respondió mordaz.
- Lo que yo haga no es de tu incumbencia y sabes perfectamente que estas páginas marcaron mi pasado-.
- Sinceramente no sé lo que le ves de especial a esa cosa…- Mascullaba mientras se iba.
Nota Mental: Ignorar a Sarah.
Sarah era una muchacha de 24 años con la que llevaba compartiendo piso apenas dos meses. Era bajita para su edad, de peso corporal proporcional a su estatura, ojos brillantes, tal vez achinados, piel morena y pelo negro. Trabajaba de fotógrafa, por lo que se pasaba la mayor parte del tiempo recorriendo sitios inhóspitos. Realmente era buena en su trabajo.
Tras repasar mentalmente la conversación estúpida que había mantenido con ella, eché una última ojeada al libro y decidí comer algo. De camino a la cocina me encontré a Sarah nuevamente, me miró con cara de repugnancia, como solía hacer habitualmente, luego apartó la mirada y se metió en el baño.
Nos llevábamos muy bien, pero tras discusiones me solía tratar como a un excremento.
Me di cuenta de que le estaba sonando el móvil, esperé unos segundos a que la irritante canción que tenía de tono de llamada se dejara de repetir y ya pasado un tiempo respondí, sé que podría haber colgado, aún sigo pensando por que tomé esa decisión, lo peor de todo es que no me arrepiento.
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Lágrimas de Plomo
Science FictionLocura. Tus pupilas se dilatan al sentir el sudor gélido deslizarse por tu frente, la adrenalida corre en grandes dósis por tus venas. ¿Estás preparada para volverte loca?