Tres en casa. Parte 3

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- buenas juergas te has corrido, doy fe de ello –intervino Nacho, a modo de conclusión – ya nos contaras alguna mas.

Entre todos nosotros ya se había creado un ambiente de complicidad, de una ruptura de reglas tácita, a la que cada uno debía añadir su propio granito. Las cervezas no escaseaban, lo que sí iba desapareciendo era la ropa, de manera absolutamente casual. Rafa, que se había quitado la camiseta en un principio, mientras nos amenizaba con su historia se había abierto un par de botones de sus vaqueros, dejándonos ver su slip blanco. Fran, que había perdido la mascara rígida que le parapetaba del mundo, había seguido el ejemplo de Nacho y casi sin que nos diéramos cuenta estaba de vuelta en el sofá con unos shorts cortos, sin camisa y, casi me atrevería a decir, sin ropa interior. Nacho tenia también puesto un short deportivo y se metía la mano de vez en cuando para rascarse. Vaya panorama. Mi hermano, descamisado, ni corto ni perezoso se había quitado los pantalones, para que andarnos con tonterías, si al fin y al cabo llevaba unos calzones de tipo boxer, que le quedan muy bien, con un par de botones. Bueno, no, solo con un botón, porque el otro se había debido caer. Esto era para mí mas de lo que podía haber esperado esa noche. No me había quitado nada y, a decir verdad, estaba con ganas de despelotarme, pero ese no era el momento. Decidí quitarme la camiseta, para estar mas a tono con el grupo.

- Bueno, ¿quién sigue? – nos invitó Nacho – ha de ser una historia subidita de tono, hay que mejorar el listón.

- Voy yo - se levanto Alberto del sofá, ajustándose el calzón muy serio. Como en el resto de historias yo también me despeloté y me hice una paja

- Si empiezas por el final esto no tiene ninguna gracia, has de contárnoslo de forma que nos pongas cachondos – tercio Nacho, que ya se había erigido como la voz cantante por el resto de la noche, mientras que hacia un pequeño gesto obsceno, que fue bien acogido por todos

- Tienes que hacer que nos corramos mientras que nos lo cuentas –añadió Fran, que había perdido la cuenta de las cervezas que había bebido

- Dejadme empezar – hay que reconocer que mi hermano estaba muy sexy, con su torso desnudo y sus boxer, a través de los cuales se podía ver algo de su paquete, de una forma tan natural, que ya con su presencia en medio de la sala parecía que nos estaba contando una historia – Solo me gustaría decir que todo lo que cuente ha de quedar entre nosotros – me miro con una ligera preocupación – y que en modo alguno pretendo molestarte – esta vez dirigiéndose a mi directamente

- No te preocupes, que seguro que lo que cuentes será absolutamente inocente en comparación con las experiencias que he tenido yo – vamos, me va a dar lecciones, aunque le agradecí el cariño que me transmitían sus palabras – estoy deseando conocer esas experiencias excitantes de mi hermanito que todavía no me ha confesado

- Todos tenemos hermanos y estas mariconadas de afecto fraternal lo dejamos para otro momento, al grano, que ya se me esta poniendo floja – tal cual, de tanto toquetearse se podía apreciar un bulto, mas que considerable, apretado por un pantalón que cada vez estaba mas abierto.

- El invierno pasado se fueron mis padres a pasar unos días a un balneario, aburridisimo, dado que el nene – ese era yo – necesitaba reposo, ya que había pasado unos meses muy jodido y como es el pupas de la familia, pues ahí tenemos a papa y mama detrás de el todo el día

- Deja esto para otro momento, que aquí no le interesa a nadie – corte en seco – me tienes harto de tus celos

- Parad los dos de una vez, parece que estamos en medio de una riña familiar, de las que me conozco a cientos – medio Rafa, muy acertadamente – y no en un reality show porno, muy porno – vamos que se quito los pantalones para recalcar mas el ambiente festivo, mucho más que mi hermano, pues a través de su slip, mas bien pequeño, se veía algo grande, muy grande. Vaya, voy a dejar de divagar – sigue Alberto y abrevia los prolegómenos

Tres en casa (relato erotico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora