Tres en casa. Parte 4

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Una vez acabado me sentía un poco incomodo en medio de mis amigos, desnudo, ligeramente empinado, por mas que todos ellos lo estuvieran más aun que yo. Me senté al lado de Nacho de nuevo intentando no prestar mucha atención a la paja que se estaba haciendo como quien no quiere la cosa. En este punto el ambiente estaba más que caldeado y cada uno parecía que iba a lo suyo, pero en el momento en que nos sentimos incómodos con un silencio absoluto que solo se rompía por los tragos que dábamos a las cervezas, mi hermano Alberto volvió a la carga.

- Esto que nos has contado son palabras mayores – mientras lo enfatizaba tocándose la polla

- Creo que ya no somos unos niños y no nos vamos a ruborizar por una pequeña historia como la que os he contado

- Una cosa es que te hagan una paja – y esta vez pasó la mirada por cada uno de nosotros mientras acariciaba descuidadamente su enorme nabo - , y otra bien distinta es dar por culo a otro tío

- Casi casi lo mismo como penetrar a una tía por detrás

- Bien visto no hay mucha diferencia – pareció reflexionar Nacho, poniendo cara de circunstancia – solo que tiene que hacer un daño que te cagas.

- No lo sé – respondí – y tampoco me apetece averiguarlo

- Para eso hace falta tener el agujero del culo bastante grande – Rafa, como siempre intentando dar la nota – El mío es muy pequeño, como veréis – en efecto se levanto y, no dio la espalda para que pudiéramos apreciar su culo redondo y generoso en sus proporciones

- Así no se puede ver nada, pedazo de animal – soltó Nacho –  lo tienes lleno de pelo

- ¿Se ve mejor así? – abriéndose literalmente el culo de par en par, para que definitivamente pudiéramos ver su ano, bien cerrado, por cierto

- Es verdad que tiene el ano pequeño, ahí no cabe nada – entro a saco Fran, saliendo de su letargo y cogiéndose la polla por primera vez y meneándosela con descaro.

- Déjame ver mejor – Alberto con cara de cachondeo se acercó a Rafa y le examino el culo con atención, metiéndole un dedo ligeramente, lo que sobresalto a Rafa.

- Te voy a meter mi polla por tu culo, cabrón – voceo Rafa, pero al notar las risas de los demás cambió de actitud – Como todos habéis comprobado ya mi culo, voy a hacer lo mismo con los vuestros.

- Vale – Alberto se dio la vuelta dócilmente, flexionándose y ofrenciéndole el culo a Rafa, que le abrió los dos cachetes del culo de par en par y le examino el ano de cerca. Mi hermano tenía, como yo, un culo pequeño y prieto, casi sin vello.

Nacho y yo nos sentamos en el sofá grande con Fran para poder ver mejor, pero aun así la cabeza de Rafa, que seguía examinando con detenimiento el culo abierto, tapaba todo. No era que me interesara el culo de mi hermano lo mas mínimo, pues lo tenía muy visto, lo que quería era tener una excusa para poder ver mejor al resto de mis amigos.

- No vemos nada – protesto Nacho – quita tu cabeza

- Mi agujero es también muy pequeño – dijo Alberto –

- Lo veremos – cortó Rafa, metiendo un dedo en el culo de mi hermano, con bastante mala intención, pero Alberto soltando un ligero respingo aguantó como un campeón y no hizo ningún comentario – Es pequeño, vale –acabo Rafa satisfecho, recuperando de nuevo su buen humor

- Hacedme un sitio – Alberto volvió al sofá, aliviado finalizando el examen al que se había visto sometido, sentándose al lado de Nacho – joder casi me la clavo – añadió Alberto, mientras se acomodaba a empujones en el sofá, tocándole a Nacho su nabo y sonriendo.

Tres en casa (relato erotico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora