Capítulo 1: Enemistad

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Viernes / 07:30 am / Metrópolis

La alarma sonaba sin compasión alguna, Hal buscó a tientas el molesto aparato y en cuanto lo encontró y fijó su mirada en él, dio un salto olímpico de la cama, se le hacía tarde para la universidad, otra vez. Al otro lado de su ventana, en otra habitación perfectamente arreglada, Barry guarda sus libros, listo para partir a la escuela, bajó corriendo las escaleras, se despidió de Iris y Jay para después montar su bicicleta roja. Hal se terminaba de cepillar los dientes y vestirse con lo primero que encontró, el grito molesto de su tío Alan le confirmaba que volvería a llegar tarde, corrió escaleras abajo mientras se robaba una barra nutritiva y se terminaba el jugo de naranja de un solo trago. En cuanto cruzó la pequeña cerca de la entrada chocó contra una mancha roja haciendo que cayeran ambos al suelo estrepitosamente, Hal levantó la vista y se encontró con unos bellos ojos azules que realmente... ¡Odiaba! lo mismo sucedió con Barry que frunció el ceño con evidente disgusto, se pusieron de pie, el rubio examinó su bicicleta para checar que no le sucediera nada y es que era su bien más preciado, miró a Jordan que no parecía tener la intención de disculparse, soltó un pequeño bufido y en contra a sus deseos le habló

- Buenos días Harold
- Buenos días Barry
- Ten más cuidado - le advirtió demasiado amable para el gusto de Hal
- Fue un accidente, no molestes
- Contigo siempre es un accidente
- ¡Que fastidio! Sabes no tengo tiempo para esto, se me hará tarde

Sin decir mas Hal dio media vuelta y se marchó corriendo, no quería que el coronel Ferris lo regañara por tercera vez en la semana; Barry suspiro con un poco de molestia, su no-relacionado fue así desde el principio, cuando ambos se mudaron al mismo tiempo al vecindario, tenían diez años cuando surgió todo desde un "accidente". Su tío y el de Hal eran muy buenos amigos, incluso Charlotte y Iris con Jack y Jim eran grandes amigos, pero entre ellos dos, bueno, no llegaban al extremo de odiarse, más no soportaban la presencia del otro, en general, sus familias eran demasiado cercanas y amigables para gusto de ambos.

Acomodó su ropa y se puso en marcha, pedaleo con fuerza un par de veces y ya llevaba la velocidad necesaria, a un par de cuadras divisó al castaño, pasando a su lado mientras soltaba una pequeña risa que no pasó desapercibida para Hal

- ¡Que te jodan Allen!

No tenía la certeza de que el rubio lo hubiera escuchado, ya estaba bastante lejos, fue su turno de bufar molesto, entonces la idea de comprarse una bicicleta no sonaba mal, sacudió su cabeza molesto, llevaba años burlándose de Allen, no le daría la satisfacción de verlo montando una y tragándose sus palabras, caminó cabizbajo, resignandose a su destino, el coronel no podría regañarlo más de lo habitual

- ¡Jordan!

Escucho una familiar voz llamarle, no estaba muy seguro de querer responder, alzó la vista para volver a encontrar al rubio, que parecía estar teniendo una batalla interna

- ¿Necesitas transporte? Ambos vamos a la misma universidad a fin de cuentas

Lo que más le molestaba fue el hecho que esto no le sorprendiera, él y Barry podrían odiarse pero sabia que el rubio era demasiado amable, lo sentía como una patada en el trasero, soportar al coronel o subirse a la estúpida bicicleta roja. Barry observó a Hal, parecía que usaba su cerebro por primera vez, miró su reloj con impaciencia

- ¿Si o no? Porque ambos llegaremos tarde si no te decides y tampoco puedo volver a llegar tarde

Barry creyó que este seria el dia que llegaría puntual a sus clases pero al igual que todos los días anteriores, el destino estaba en su contra, volvió a mirar a Hal, que soltó un gruñido molesto al cielo

Doble ProblemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora