Escuchaba voces a la lejanía, unos llantos desesperados que me llamaban. Quería saber quién eran, sentía mi cuerpo pesado incapaz de moverme. Dios, todo estaba tan oscuro. Quería abrir los ojos pero me sentía pesados. ¿Qué había pasado? Me dolía la cabeza a horrores. Ni siquiera podía pensar en condiciones.
-Se está moviendo-logré escuchar débilmente.
Un quejido salió de mi garganta intentando hablar. ¿Por qué me costaba tanto hacerlo? Intenté abrir los ojos pero me estaba costando. Moví mi cuerpo para ver si podía reaccionar.
-Tranquila, todo está bien. Procura no moverte mucho, ¿vale?-otra voz más suave me susurró haciendo que me relajara.
-Tiene una brecha enorme-dijo alguien, ¿por qué mi cabeza no me hacía recodar de quien?¿Brecha? Eso quería decir que me había lastimado, ¿pero cómo? Sólo me venía a la mente la pelea con Emily.
Emily.
Emily.
Emily.
Ella, aquella zorra me hizo algo.
Me volví a mover girándome de un lado para otro hasta me mi cara chocó con algo. Escuché un risa cercana a mí.
-Te quedará con mucha hambre si quieres comer de la teta de un hombre-se notó la burla mientras esa persona se reía.
Conseguí abrir los ojos lentamente, todo estaba borroso. Lo primero que vi fue un techo negro, giré la mirada y veía dos asientos, estaba en un coche. Poco a poco me llegaban los colores viendo cada vez mejor. Mi cabeza estaba apoyada en unas piernas, quería saber quién era.
Subí la mirada encontrándome con unos ojos verdes que volvería loca a cualquier chica, incluida yo. Me quedé mirándole un rato al igual que él a mi. Acercó su mano, que sujetaba un pañuelo ensangrentado, para pasarlo por una parte de mi rostro sin dejar de mirarme. Suspiré inconscientemente.
-¿Te duele?-preguntó bajito, pensando que la causa era alguna herida.
-¡¿Ya está despierta?!-se asomó por sorpresa Maica del asiento del copiloto, asustándonos y que diera un brinco.-Menudo susto me has dado, pensaba que algo pero te iba a pasar a ti o al bebé.
El bebé.
Puse mis manos a mi vientre con temor de que algo malo había pasado, intenté incorporarme pero Rosh me cogió los hombros para tumbarme otra vez.
-No pasa nada, el bebé esta bien. Pero vamos al hospital para que te revisen bien y asegurarnos-dijo Rosh, pasándome otra vez el pañuelo por mi rostro.
-¿Qué ha pasado?-logré hablar pero con dificultad, tenía la garganta seca.
-¡La hija de puta de Emily te ha tirado por las escaleras!-casi gritó Maica con un enfado contenido, suspiró para tranquilizarse-. Estaba muy preocupada por ti.
Le sonreí para que viera que estaba bien, sólo que un poco aturdida. Con la ayuda de Rosh, me senté despacio. Me sentía el cuerpo pesado y agotada. Esperaba que no hubiera sido tan grave, revisé mejor a mi vientre. Todo se veía normal. Deseaba que me dijeran que todo estaba bien, me moría de miedo que algo le haya pasado a mi pequeño.
-Ya hemos llegado-habló Andrés desde el asiento del conductor, que estaba en silencio. Aparcó en frente de las puertas y se dió la vuelta para asomarse entre los asientos-. Con esos sustos estaré muerto antes de los treinta-me dijo guiñándome un ojo con una sonrisa antes de bajar del coche.
Se bajó Rosh primero y ayudarme abajar con cuidado.
-Gracias-le sonreí, me sonrió de vuelta.
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Embarazosamente irresistible
RomanceSiendo adolescente, estando embarazada con las hormonas locas y un vecino tremendo a Peyton le será muy difícil resistirse. Aviso: esta historia contiene escenas sexuales, para las personas que vayan a leerla estarán bajo su responsabilidad.