Mission 03: Your living legacy

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El tiempo puede ser el peor aliado del enemigo. Sólo a través de él recordarán lo sucedido, empeorará los daños y crecerán los rencores.

Quizás mientras exista la raza humana, el mundo seguirá siendo víctima de

sus errores, guerras y destrucciones.

Ante todo eso... ¿por qué nos defendió cuando tuvo la oportunidad de librarse de nosotros? Mejor dicho, ¿el planeta realmente nos habrá perdonado...?

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"A man is dead, but angels throng about him saying: a man is born"

Midgar; una ciudad que poseía todo lo que el cuerpo quería y nada necesario para el alma; la misma que alguna vez fue importante y poseía lujosas calles. Ahora era escombros, edificios viejos y recuerdos sepultados.

Los últimos rayos de sol se escondieron detrás de los edificios destruidos; abriendo paso a la interminable noche. Las luces eléctricas surgían pausadamente, alumbrando el camino de los valientes que aún se atrevían a pisar las calles. Un joven rubio cruzaba la avenida despreocupadamente y dio vuelta en un pasillo. El olor a humo y urbanización se convirtió en humedad y suciedad. La oscuridad del sitio no lo intimidó; seguía andando sin problemas. No obstante, había alguien que parecía tenerlos.

-Miserable, ¿te atreves a esconderte de nosotros?, ¡páganos! - exclamó una voz.

No muy lejos, un grupo de jóvenes estaba alrededor de alguien; alguien estaba en el suelo tratando de defenderse. Golpes, insultos, risas y gritos de dolor resonaban por el callejón. Una escena cotidiana en la ciudad donde el resultado era el mismo: nadie ayudaba. Cloud se acercó hacia los agresores silenciosamente con la agilidad adquirida de sus innumerables batallas. Sujetó el mango de la espada y la apuntó directamente a uno de ellos; asegurándose que sintiera el filo de su arma.

- Déjalo ir - lo amenazó sin titubear.

Los agresores se detuvieron, giraron hacia él y lo miraron con sorpresa. Él conservó su postura. No tendría piedad. Con agilidad sacó otra espada y la apuntó hacia cada uno; cerciorándose que conocieran su rostro. De pronto, sus rostros cambiaron; algunos empalidecieron y otros simplemente corrieron mientras gritaban mil y un expresiones vulgares. Grupos así preferían atacar antes de obedecer, sin embargo, no esperaba que sería tan fácil librarse de ellos.

Guardó sus armas y desvió su atención a quien rescató. Era un adolescente de vestimenta simple cuya mirada estaba fija al suelo, sus brazos cubrían su rostro y jadeaba pausadamente. Él se agachó a su lado; preguntándose qué tan grave serían sus heridas. Sin embargo, el chico hizo un movimiento inesperado. Se levantó rápidamente y dirigió su puño rápidamente hacia su rostro. El rubio esquivó por reflejo el golpe; sujetándole su muñeca para detenerlo. Confundido y alertado dirigió su mirada hacia su nuevo atacante. Su rostro tenía manchas de sangre aunque no tenía heridas graves. El brillo ingenuo característico en los adolescentes se había esfumado del chico, en su lugar, habitaba el pánico y el temor. Dos cosas que conocía perfectamente. Examinó el brazo que tenía inmovilizado el cual aferraba desesperadamente una navaja pequeña.

-No te haré daño- inquirió el rubio tranquilamente. –Puedes estar tranquilo.

De pronto, la mirada del chico cambió por una de sorpresa.

-T-tú eres Cloud...- exclamó.

El rubio dilató su mirada. ¿Cómo lo conocía? Mejor dicho, ¿debería desconfiar de él? Sin embargo, el ruido seco del cuchillo haciendo contacto con el suelo quitó sus sospechas. Cloud soltó su muñeca y contempló cómo retrocedía.

Forever or neverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora