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-Bueno...en realidad...si que tuve un amigo...se llamaba Hide pero...-. Una lágrima se deslizó por su mejilla.
-¿Estas bien?
-Murió...en un accidente de tráfico en sus vacaciones en Seúl-. Se tapó la cara con las manos y se levantó, lloraba, mucho. Me levanté y lo abracé.
-Lo sé, lo sé, es duro perder a un ser querido, mi padre murió hace 3 meses y sigo bastante triste, pero lo que quedan son los buenos momentos y mientras te acuerdes de esos buenos momentos él siempre estará contigo-. Le dije mientras apoyaba la cabeza en mi hombro.
-Siento que soy una desgracia de persona...-. Me dijo sentándonos otra vez.
-¿Por que?-.le dije dandole las manos y poniéndome delante de él de rodillas.
-No tengo amigos, Hide no está y encima soy un Ghoul que más me va ha pasar...¿que el gobierno me mate?-.me dijo poniendo su cabeza contra mi hombro.
-No tienes muchos amigos...
-Por no decir ninguno-.dijo aún llorando un poco
-Pero me tienes a mi, y aunque nos conocemos desde hace poco... siento que te conozco de ntes y que te quiero-. le dije dándole un beso en la mejilla, de repente el timbre del fin de la comida sonó.
-Bueno, supongo que tenemos que volver a clase...-. Me dijo Kaneki saperándose de mi del susto.
-Ok, pero yo voy a entrar por la secretaría para que Touka no sospeche-. Le dije levantándome y dispuesta a abrir la puerta pero me detuvo...
-Oye, nunca he hecho esto pero...me pareces muy...guapa-. Él volvió a estamparme contra la puerta del gimnasio como lo hizo en aquel callejón aquella noche.- Te quiero...
Las distancias se cortáron y me besó.
Yo sabía que era peligroso...era un Ghoul pero...yo le quería...le seguí el beso y por culpa de eso llegamos tarde a clase. Nos pusieron una hora en detención pero cuando llegamos a la clase donde teníamos que quedarnos una hora por, supuestamente haber molestado a la profesora, nos dimos cuenta de que allí no había nadie que nos vigilara.
-Oye, Kaneki-. Le dije esperando una explicación de lo que había pasado en el gimnasio a la hora de comer.- Creo que deberíamos hablar de lo que ha pasado en el gimnasio.
Me miró.
-S-si-. Dijo él levantándose a cerrar la puerta y después a bajar las persianas.- ahora...sobre lo del gimnasio, no se si te ha molestado, pero...es que tu...m-me gustas-. No sabía que decir...la verdad a mi también me gustaba pero tendría que tener cuidado. Me arriesgaría a mi Kaneki me gustaba.
-No me ha molestado, de-de hecho me ha g-gustado y si el timbre no hubiera sonado, hubiera seguido-. No me podía creer que le hubiera dicho eso a un chico.
-¿En-enserio?-. Me preguntó, estaba rojo como un tomate y lo único que me pedía el cuerpo era besarlo.- Pero..._____ sabes que es peligroso-. Dijo Kaneki al ver que yo me acercaba más a él.
-Sí, lo sé pero me gustas-.  En ese momento me acerqué y mis labios se fundieron con los de Kaneki, nuestras respiraciónes eran muy rápidas, no quedaba nadie en la universidad, solo él y yo, en aquella aula de castigo. Me subió a la mesa y los besos bajaron hasta es cuello, pequeños gemidos salian de mi boca pero Kaneki se detuvo.
-¿Po-porque paras?
-Silencio, he oido un ruido-. Me callé al instante.- alguien se a hecho daño, huele a s-sangre-. Por inercia se quitó el parche de un tirón y su ojo se volvió negro y la pupila roja.-B-busca en m-mi mochila la m-máscara negra con dientes, p-por favor-. Su pelo se volvio blanco. 

-Kaneki, por favor no hagas nada, te lo pido por favor-. le lancé la máscara y salí corriendo para ver que pasaba, le encerré en el aula para que no hiciera nada extraño. En cuanto salí vi a la profesora de arte, la señora Stein, con una herida en la muñeca y la verdad estaba sangrando bastante. Me dispuse a ayudarla y de repente, Kaneki, salió del aula y atacó a la señora, yo no sabía que hacer. 

-¡K-Kaneki!-. me metí en el aula y me puse los cascos mientras pensaba en otra cosa y de repente oí llorar a Kaneki. Salí del aula y encontré el cuerpo de la señora Stein sin vida y a Kaneki llorando. 

ᴍɪ ɴᴏᴠɪᴏ ᴇꜱ ᴜɴ ɢʜᴏᴜʟ ☞ ᴋᴀɴᴇᴋɪ ᴋᴇɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora