6.- Shuu.

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En el instante donde nuestras miradas se cruzaron, algo, o alguien, me lanzó a la cama y cerró mis cortinas.
-¡¿Pero qué-?!
-Shhh!
Al observarlo un poco mejor, pude distinguir su cabello alborotado y sus brillantes ojos esmeralda.
Me tomó de la mano y con teleport fuimos hasta otra habitación, movió un par de cosas y entramos a una habitación secreta.
-Aquí estarás a salvo.
-¿A salvo de qué?
Laito prendió unas pequeñas cajitas que estaban en la pared, iluminando la habitación de un fuego verde.
-De los otros.
-¿Hablas de aquel perro?
-Jaja, Kate, eso no era un perro. Era un lobo.
-¿Lobos? Jamás había notado que por aquí había lobos.
-No son lobos del todo. Por eso te traje aquí. Esta habitación hace que tu aroma sea indetectable para quien esté en el exterior.
-Pero... ¿Por qué son un peligro para mí?
-Digamos que siempre que ellos vienen pasa algo malo. Debo proteger a bitch-chan, o al menos aprovechar el tiempo a solas...
-_-
-Kaede! ¿Dónde está Kaede?
-Está con Reiji. No te preocupes, está segura. Ayato y Subaru han ido a revisar.
Recordé el brillo de aquellos ojos miel, suplicándome algo en silencio... Y
¡Katherine!~
La tenue voz de Akane hizo eco en mi voz. Sólo ahí recordé de dónde conocía aquellos ojos.
-Akane... ¡AKANE!
Hice teleport hasta los rosales, hacía frío afuera, sin importar que estuviéramos en medio del verano.
Miré el charco de sangre en el suelo, y un par de huellas marcadas en el suelo.
-Kate...
Me dí vuelta y Subaru me estaba mirando con el ceño fruncido, con las manos manchadas de sangre.
Detrás de él, Ayato sostenía a una chica de cabello grisáceo, sangraba en varios lugares de su pecho y espalda, y se retorcía suavemente aún estando inconsciente.
-Akane...- Dije en un susurro.
Inmediatamente, llegaron al lugar Reiji, Shuu y Laito.
-Es parte de ese nido de ratas...- Murmuró Ayato mirando a la chica.
Nadie dijo nada, hasta que Shuu bostezó y guardó las manos en sus bolsillos.
-Tírala en el río.- Dijo el rubio girando y caminando en dirección a la casa.
-¡No!- Grité quitándole al pelirrojo el bulto que sostenía entre sus brazos.
-No está a negociación.- Dijo al fin Reiji.
-Oh no, claro que lo está. Esta chica es especial.
-¿Huh? Claro, una Tsukinami...
Ésta última palabra hizo eco en mi mente, pero no le tomé importancia.
-Por favor, permitan que se quede, no será molestia, puedo cuidarla yo hasta que se recupere... Yo la conozco... Por favor chicos...
La mirada de Reiji sobre mí trataba de evaluar si en verdad decía la verdad, tenía ese ceño particular...
-Claro, es peligroso, Kate, ella es un enemigo nuestro...- Dijo Subaru acercándose a mí, sin embargo, la voz del segundo hermano mayor lo detuvo.
-Si ella lo dice... No hay que involucrarnos, es su problema lo que llegue a pasar con ambas.
Todos se quedaron en silencio. Shuu siguió caminando, Laito y Subaru desaparecieron y Ayato, después de un "tsk", se fué caminando también.
-Gracias.- Le dije a Reiji caminando rápidamente detrás de él.
Escuché como suspiraba, se quedó quieto y se dió vuelta para mirarme. Sujetó a Akane y ambos fuimos hasta la entrada de la casa, sin embargo, se fué por un camino distinto, y llegamos a una habitación que estaba desocupada. Dejó a la chica sobre la cama, y el ambiente se quedó en silencio durante unos minutos.
-¿Por qué? ¿Qué tiene ella de especial?
Me mordí el labio... Todo era muy difícil de explicar.
-La conocí hace mucho... Es mi amiga.
-¿Estás segura de que ella no es un peligro para nosotros?
-Lo sé. Ella no nos haría daño.
El brillo de los ojos de Reiji me dió a entender que, por mínimo que fuera, el confiaba en mí.
-Reiji...- Me acerqué a él, y suavemente deslicé mis brazos por su espalda, dejando caer mi cabeza sobre su pecho.- Gracias, en verdad... Gracias.
Él no se movió, ni dijo nada, pero yo lo abracé más fuerte. Muy, muy lentamente, sus frías manos tocaron mi espalda, apegándome a él.
-Cura sus heridas y asegúrate de cambiar las sábanas sucias. Dale un baño y alimentala. Además, Kaede necesita beber. Así que apresurate.
Y en la oscuridad, desapareció.
-Bueno... Sigues siendo el mismo...
Hice todo lo que había pedido, las heridas seguían sangrando un poco, pero estaba estable. La dejé dormir y me fuí caminando hasta mi habitación.
Al cruzar la habitación de Shuu, me dí cuenta de que su puerta estaba entrecerrada.
-Bueno, solo voy a ver si todo está bien :v
Entré y estaba acostado, tenía la camisa abierta y todas las colchas de su cama estaban en el suelo. Agregando que la ventana estaba abierta.
-Hmm -_- pareces niño chiquito.
Cerré la ventana y levanté las colchas, arropándolo hasta el cuello. Acomodé algunos mechones de su cabello que cubrían su rostro y le quité el reproductor de música.
Su piel irradiaba luz, se veía muy pálida, hermosa, como nieve fresca. Olía muy rico, a madera, a flores, a limpio...
Me quedé mirándolo no sé por cuánto tiempo...
Para mí sorpresa, abrió los ojos, con un intenso brillo celeste en ellos.
-Mierda...
Me levanté de su cama para caminar a la puerta y darme a la fuga :v, pero cuando llegué, el sostenía el pomo de la puerta, girando la llave de ésta.
-Eh, Shuu, tengo que ir con-
-Urusai...
Me tomó de los hombros, instintivamente retrocedí hasta que mi espalda chocó con la pared.
Nuestras miradas cruzaron.
-Eres una mujer tan vulgar... Puedo sentir como sentirte bajo mi poder te excita...
-Eh...
Se acercó a mí, y con su lengua recorrió la piel de mi cuello. La piel se me erizó, lo que hizo reír al rubio.
-Tu piel dice que lo estás deseando...
Mi cintura sintió la presión de sus brazos apegándome a su cuerpo mientras su boca seguía haciendo maravillas en mi cuello.
Hizo teleport para dejarme sobre un sofá de su habitación.
-Ruegame, pídeme... Tu cuerpo no puede contenerse... Tu sangre me desea...
Se puso de rodillas y abrió mis piernas, tomando mi muslo izquierdo en sus manos.
-Hmm, puedo oler tu perfume de mujer...- puso sus labios sobre mi pierna.
-Pervertida...
Encajó sus colmillos en mi piel, obligándome a sacar un pequeño jadeo.
La brisa en los árboles aumentó, y el cielo comenzaba a verse más claro, pronto el sol, y sus tenues rayos naranjas pintarían la habitación...
Mientras yo, en un sofá, era poseída por las suaves manos de Shuu.
Después de unas horas, me quedé dormida a la fuerza sobre el torso desnudo del rubio.


-Reiji no puede darte lo que yo pude haberte dado desde un principio... Mujer tonta... Tú sólo me necesitas a mi...








En el fondo sabes que no puedes vivir sin mí.



Saludos a su mondongo u3u

-Raiko












KatherynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora