Cuando perdemos a alguien, ya sea que se haya marchado o muerto, nos sentimos tan vulnerables, y es difícil de creer, no lo asimilas, y solo sientes un vacío inexplicable, el cual nadie logra llenar, simplemente hace que te sientas incompleto, porque esa persona te hace falta. Pero, que puedes hacer? Lo único que puedes hacer es aceptarlo y vivir para siempre con ese dolor. Una pérdida dura toda la vida, porque significa que esa persona ya no volverá, y sueles arrepentirte, el arrepentimiento es parte del proceso, te arrepientes de todo lo que no llegaste a hacer con dicha persona, de todo lo que no le dijiste, o peor aún, lo malo que pudiste llegar a decirle, por no decirle cuanto la querías las veces suficientes, por no abrazarla lo suficiente hasta que el aire le faltara, tan fuerte hasta que doliera, simplemente, por no demostrarle cuanto la querías.
Ella se fue, y puedo decir que aunque no la vuelva a ver, a tocar, a sentir, a estar con ella, se y estoy consciente de que siempre estará en mi corazón, conmigo, cuidándome y guiándome por el buen camino, como lo hizo por mucho tiempo. A veces quisiera ser como ella, tan valiente, tan fuerte, tan llena de vida; lo malo es que ella me enseñó de todo, pero no me enseñó a vivir sin ella, y eso me está consumiendo y no deja de arrastrarme, no deja de dolerme.