Llega el punto en el que lo sentimos por alguien, por algo o por nosotros mismos, solo sucede, no lo planeas, nunca se planea, más bien, no esperamos llegar a sentir tanto en tan poco.
Sin en cambio lo hacemos, y hacemos lo posible para no sentirlo, pero es aún más difícil, porque ni siquiera tenemos idea de en que momento comenzó, cuando, donde, o porque. Nos enamoramos de lo que menos esperamos, y en este caso me refiero al amor, a la atracción, al hecho de querer lo mejor para esa persona, de querer su bienestar antes que el nuestro, porque tu no elijes de quien te enamoras, nunca hacemos esa elección. Y cuando en verdad sucede, es difícil de creer, porque solo esperas que ambos estén bien, una total entrega, estabilidad, y mucho amor, sobre todo eso, el amor nunca es suficiente, siempre tiene que haber de sobra, porque si uno esta mal, el otro hará lo posible para que este bien, porque se convierten en uno solo, simplemente, el amor es mágico, y esperas que la magia nunca se acabe, a veces duele, pero nosotros elegimos si dolerá.