Café dulce-amargo

33 8 0
                                    

Hoy tomaba café cuando recordé aquella vez que me compartiste de tu panqué de chocolate por primera vez. Esa tarde me sentí completamente feliz.

También recordé aquella vez cuando nos quedamos todo el receso juntos compartiendo una torta. Suena estúpido, pero me llenó de felicidad. 

Y la vez que me abrazaste y me animaste porque estaba completamente rota por recibir aquella noticia. Todavía puedo escuchar tus palabras.

También cuando me pusiste helado en mi labio porque me lastimaste cuando estábamos jugueteando.

Y aquella vez cuando me hiciste cariños en el cabello sin pedírtelo.

Y esa vez cuando salimos juntos por un helado y te limpie la mejilla con la punta de mis dedos. Días después, cuando fuimos por una malteada, tu me limpiaste la ceja con la yema de tus dedos.

También recordé cuando nos miramos en silencio y puedo jurar, que por unos segundos, tu mirada se lleno de amor. Similar a esa vez, fue cuando estabas sentado a unos pocos lugares alejado de mi y volteabas a verme, sin ninguna expresión en tu rostro, casi como si yo... te gustara (se que no es así).

¡Ah! y como excluir aquella vez en el parque cuando te acostaste en mis piernas y hablamos de muchas cosas sin avergonzarnos, después te pusiste entre mis piernas y te abracé, como si fuéramos pareja.

Mi corazón se lleno de esperanza y al darle un sorbo al café, sentí un tono más dulce; pero pronto la realidad me golpeó y el café se hizo amargo cuando recordé que mis sentimientos no eran correspondidos.

For you, my museDonde viven las historias. Descúbrelo ahora