Gray day

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Un día normal, si eso se le puede llamar normal a mi aburrida e interesantemente vacía vida, de no ser por mi pequeño ni siquiera me molestaría en hacer nada. Todo por estúpido, por idiota y por tonto, impulsivo y dejándome llevar por mis emociones, por llevarle la contraria a todo el mundo, en especial a mi padre, pero así siempre he sido yo, desde aquel día donde mi vida se arruino.

Desde niño, mi vida era normal, solitaria, como me gustaba, pero tenía que llegar ese dichoso día que me secuestraron. Por culpa de mi padre, termine en un sitio de internet pornográfico, apunto de ser vendido en una subasta que se concretó y mi dueño, por así decirlo fue un viejo, un tipo raro, su nombre lo recuerdo, cada vez que iba a mi linda celda, decorada con un hermoso, pero que digo, solo era un cuarto con un extraño lienzo de cielo azul y nubes.

Era un infierno, obligándome a vestir día a día, durante un año entero, ropa que odiaba, y en las noches debía dormir con ese viejo, tenía solo siete años, quería evitar lastimarme, esperaría a tomarme, pero nunca paso. Era un viejo, un simple viejo, que un día se quedó dormido y logre salir de ahí, le quite las llaves que dejo a mi alcance, me logre safar de su abrazo, siempre que me portaba bien me soltaba y me quitaba esos grilletes molestos.

Una vez fuera de ese cuarto horrible, note que era una vieja casa, pero no tanto como para salir de ahí.

A pesar de mi vestimenta logre salir y como era una casa en medio de un bosque, si seguía el camino, sería fácil, a pesar de estar descalzo corrí, respirando una libertad que añoraba hace tiempo, pero era temporal, si no lograba encontrar el camino de vuelta a casa.

Cansado pero debía correr, y logre llegar al camino de una carretera, o bueno un camino que se notaba que era transitado, más al ver un auto que se detuvo bruscamente.

Bajo una señora y se me acerco.

¿Estas bien pequeño?-con un tono preocupado.

➖¿Puede llevarme?-sintiendo cansancio.

➖¿Qué sucede?-bajando un señor.

¡¡Es un niño!!-agarrándolo-¡pero mírate!... ¡que te habrá pasado!.

Me subieron en la parte de atrás donde había una niña, de cabellos azabaches ojos grises, me miro y se hizo a un lado para ofrecerme agua, era suya, pero mi estado era lamentable.

¿Estas bien?-curiosa.

No le conteste porque tome agua, y sentí como se empezaba a mover el carro.

¡Debemos llevarlo a una estación!-serio.

Si eso será lo mejor-viendo hacia atrás.

Era una familia de tres integrantes, venia de acampar cerca de un lago.

Se dirigían al aeropuerto, pero se detuvieron al verme en el camino, y me llevaron a la estación de policía más cercana.

Unos policías hablaban en un extraño idioma, y supe que no estaba en casa, ni estaba en mi país, entendía a esa familia, pero a ellos no, pero una persona que hablaba nuestro idioma se acercó.

➖¿Dónde lo encontraron?-sonando seria.

Cerca del camino que lleva al lago--dando la información necesaria.

Podría indicarme donde exactamente-mostrándole un mapa.

Yo estaba sentado y esa niña me miro.

Me llamo Mikasa Ackerman y ¿tú eres?-sonriendo.

Soy... Eren-alzando la vista-Eren Jaeger.

Un gusto Eren-sentándose a mi lado.

Hablamos, mientras veíamos movilizándose a los policías, aunque teníamos que esperar.

Ese policía me pidió mi nombre, donde vivía y de donde era, solo dije lo que sabía, me pregunto si recordaba algo más, pero no era mucho, solo el nombre de ese hombre.

Un nombre que no olvido nunca: Rod Reiss.

Aun así volví a casa con ellos, mis padres estaban esperando en el aeropuerto, ese día vi a ellos con otras personas, me abrace a mi mamá y luego mire a esa niña, me sonrío y antes de irme, en el avión escribí mi dirección para dárselo en un papel cuando la abrace.

Esa fue la primera vez que tuve una amiga.

Una con la que me sigue contactando, ya que era bueno, eso me distraída, pero por desgracia, mi padre estaba empeñado en mantenerme en casa y un día me harte, para escaparme y como conseguí la dirección de mi amiga, termine en su casa, luego de robar dinero de mi madre, empacar cosas en una mochila, ir y dirigirme solo a la estación del metro, compre algo de comida, como un boleto, aborde el tren e iré a otra ciudad, donde logre llegar.

Y luego tener a mi madre al día siguiente enojada y molesta en la entrada de la casa de mi amiga, a sus padres mirándome y a ella enojada, para darme una cachetada.

➖¡Lo hice porque estoy cansado de estar en casa!-gritando.

Con eso entendió mi madre, que estaba mal pero papá necio y terco, hasta que acepto, aún vigilándome, porque contrato a unas personas.

Y así pase el resto de mi infancia.

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