• Once us •

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Una vez, tú;
una vez, yo.

Una vez
la embriaguez del pasado,
un pasado abismado
en algún bosque,
la pesadumbre
de nuestra historia,
una historia
plagaba de momentos,
momentos
afortunados,
paradisiacos,
majestuosos,
tan sólo instantes,
instantes que
nunca regresarán
al punto de inicio,
inicio que quizá,
milagroso o no,
inesperado o no,
real o no,
sencillo o no,
fue,
en un entonces,
uno de los más felices
en mi minúscula
e intensa vida,
vehemente como las olas
retumbando las rocas,
una y otra vez,
al igual que los pensamientos
bailando en la mente,
una mente dispersa,
dispera rasgando lo incoherente,
debido principalmente
a las ganas de un amor
puro,
leal,
sincero,
sencillo,
un amor de superación,
un amor añejo,
un amor maduro,
un amor chapado a la antigua,
de esos que ya no se fabrican,
de esos que ya uno no imagina,
de esos que ya uno no sueña,
de esos que ya pierdes la esperanza,
porque es maravilloso
soñar instantes inverosímiles,
idealizar a alguien
hasta el punto de contemplar
a esa persona inexistente
pero que tanto anhelas,
que tanto sueñas,
que tanto le sonríes,
que tanto piensas,
que tanto añoras,
que tanto olvidas.

Y llorar,
y llorar derramando letras,
y suspirar recuerdos pendientes,
fictiosos en este mundo,
y quizás,
sólo quizás,
en otros,
aún por venir.

Y lagrimear
sentimientos coloridos
que nunca retornarán,
para amar a alguien
que no merece
ser amado de la manera
en la que
esos sentimientos aman,
hasta el final,
hasta el fondo,
hasta las últimas consecuencias.

Y sollozar,
sollozar
un nudo eterno
en la garganta
por aquellas palabras
que callaste,
aquellas palabras
que sentiste,
aquellas palabras
que alguna vez hacían feliz,
aquellas palabras
que quedaron en el olvido,
olvido inmerso
en promesas envenenadas
y mentirosas.

Y lamentar
esos tonos del tiempo,
verlos pasar
por la retina de los ojos,
unos ojos grises,
una mirada apagada,
una sonrisa golpeada,
un corazón hundido,
un alma apuñalada.

Y suplicar a causa de
ese desdén,
ese zic zac del reloj,
esas idas y venidas,
esa felicidad in media res,
ese final inacabado,
letras que ahondan
en las heridas semiabiertas,
letras que arrancan
la piel de los pensamientos,
letras que bailan en la mente,
letras agonizantes
saciadas de amor,
amor eterno,
amor inmortal,
amor infinito,
amor tradicional,
amor inocente,
amor frágil.

Una vez, tu piel,
tu piel sumisa al tacto,
una vez, tu pelo,
tu pelo realizado
laberinto en mis manos,
una vez, tus manos,
tus idealizadas manos,
una vez, tu mirada,
tu mirada hecha estrellas.

Una vez, nosotros
yendo demasiado lejos
en un paradigma
que no produjo sus frutos,
recibiendo la cita errónea
del amor,
del paisaje,
de la oportunidad,
de la ocasión,
de la fortuna;
«una vez, nosotros»
motivando a amar
a dos corazones opuestos,
a dos almas desconocidas,
a dos mentes chocantes,
a dos imanes desnatados.

Enero: ManifestaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora