• Don't go •

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No quiero escucharte
decir que has cambiado,
no me apetece entender
que somos tan diferentes,
sólo haz que me quede,
sólo permíteme amarte.

No quiero arrepentirme
de tu elección,
no quiero sentir
que el viento fresco
no es tu risa,
no quiero olvidar
el diluvio de tu razón.

Puedo apreciar
tus sentimientos
tras tu piel,
tus pensamientos
iluminan mi hogar,
desgastado
por el pasar del desierto;
tu corazón no es
sin ser poesía,
tu corazón no es
sin estar a mi lado;
no eres especial,
eres abismal.

Puedo adornar
tu jardín de flores,
puedo florecer
tu morada de girasoles,
puedo hacerte
mi todo en la nada,
puedo embellecerte
en la naturalidad
y en la sencillez de tu ser,
puedo hacernos mejor.

Contágiame
tu poder,
tu magia,
tu versatilidad,
tu vapor,
tu musicalidad,
tu error.

Sumérgeme
en la deriva
de tu paciencia,
en la calma
de tu caricia risueña,
en la vestimenta
de tu desnudez,
en el toque sutil
de tu cabello.

Sígueme alrededor
de mi cuello,
—solías permanecer
por un tiempo—,
ilimitado,
en algunos momentos,
fugaz,
por sí solos;
y sí,
la última vez
que me despedí,
hubiera deseado
que me susurrases
que me quedase,
que me cantaras
que me no me fuese,
que me gritaras
que persistiese,
que me sujetaras de la mano
manifestándome en silencio
y con la mirada cariacontecida:
«no te vayas».

Enero: ManifestaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora