Broken & Unstitched. {Katakuri y Tú}

Parte 8 Cautivante

—¿No es un poco mucho?—Pregunto Mihawk al quedar asombrado por la decoración del estudio.

Levantó los hombros—Depende, ¿sus comerciales no fueron siempre muy excéntricos?

Él suspira—Es cierto.—Toma asiento en una de las butacas—Entonces diviértete.

—______, ven conmigo—Dijo Perospero. Le di un último vistazo a Mihawk y camine junto a él.

—¡_______! ¿Como estas?—Dijo Galette.

Le doy un beso en la mejilla en forma de saludo—Bien, veo que estan todos muy motivados.

—No te das una idea.

Miro a mi alrededor y contemplo como la sala estaba completamente decorada rodeada de luces y cámaras para grabar—Me puedo hacer a la idea.

Escucho como alguien ríe a mi espalda—¿Pero quien dejo entrar a esta zorra?—Alvida. Suspiro y cierro los ojos al cielo. Me doy vuelta con una amplia sonrisa.—_____, tanto tiempo sin verte. Que horror tener que trabajar a tu lado.

Inhalo profundo—Alvida siempre tan simpática—La miró de arriba a abajo—¿Acaso tener tanto tiempo libre te pone de mal humor?

Abre la boca grande y frunce el ceño—¿Yo, tiempo libre?¡Ya quisieras!

Miro a Perospero que sonreí ante nuestra "disputa"—Entonces, ¿qué es lo que debo hacer?

Él me sonríe y me señala a Galette con el mentón, ella se percata de la seña de su hermano y me coje del brazo para llevarme a un cambiador.

—Bueno—Dice algo nerviosa—Espero que te agrade tu vestuario.

Abro la funda y observó el vestido de dentro, era precioso.

—Me encanta, tan original como siempre Galette.

Ella me sonrió emocionada dando unos pequeños saltitos en el lugar—Bueno dejo que te cambies tranquila.

—Gracias.

Galette cerró la puerta. Deje mi bolso en la silla más cercana y comencé a quitarme toda la ropa que traía puesta, lo malo del invierno supongo. Una vez estando en ropa interior, sacó el vestido de su funda, pero antes de poder ponerlo alguien golpeo la puerta.

—¿Si?—Digo pero no obtengo respuesta. Dejó el vestido en el respaldo de la silla y abro la puerta. Al abrir la puerta me encuentro con una pequeña niña de pelo color rosado. Me acuclillo frente a ella—¿Puedo ayudarte en algo?

Ella me analiza con la mirada, si estaba en ropa interior.—¿No tienes frío?

—¿Parezco tener frío?

Frunció sus pequeños labios y negó con la cabeza—Nop.

Le doy mi mejor sonrisa—¿Hay algo en lo que pueda ayudarte....?—Deje una pausa para q me dijera su nombre.

Abrió su boquita formando una perfecta O y prosiguió—Me llamo Ananá—comenzó a jugar con sus manitas—quería conocer a la musa de mami.

No tenía que ser un genio para saber quien era su madre—Ya veo—Veo como algunos ojos curioso miran hacia nuestra dirección sin distracción.—¿Quieres pasar?

Ella asintió con la cabeza emocionada, ambas entramos de nuevo al camerin. La pequeña se sentó en el sillón y se puso a jugar con las orejas de su conejo rosado.

Mientras me ponía el vestido decidí darle conversación—¿Como se llama?

—¿Que cosa?—Dijo mientras volvía su atención a mi.