Parte 38 En la mira.

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Cuando termine con la grabación del día de hoy ya estaba anocheciendo. Maneje hasta mi piso y volví a casa agotada. Me metí directamente a la ducha y me puse ropa cómoda. Luego de eso me encerré en mi estudio.

Después de otra media hora de dibujo y morder lápices, mi estómago empezó a gruñir. Caminé hacia la cocina y abrí el refrigerador. Vacío. ¿Cuándo fue la última vez que hice las compras? Cogí un yogurt lo mire con desconfianza. ¿Hace cuanto que estaba aquí? Peor aún. Abrí el congelador. Genial. Nuggets de pollo.Justo antes de apretar los botones del microondas, llamaron a la puerta.

—Maldición quién es.—Mis pies descalzos caminaron alrededor de la barra del desayuno y por el pasillo de madera. Después de girar la cerradura del pestillo, tiré de la pesada puerta de metal, y al instante crucé los brazos sobre mi pecho. Sólo vestía una camiseta blanca y tanga, sin sostén. Katakuri estaba en la puerta, sosteniendo dos bolsas de cartón.

—Cena.—Dijo con una sonrisa. Durante medio segundo, mi boca reflejó la suya, pero luego desapareció rápidamente.

—¿Cómo subiste?

—Compre el edificio.—Dijo, pasándome. Colocó las bolsas en la barra de desayuno, y empezó a sacar los contenedores de comida.—¿Me imagino que no te moleste que cocine?

Cierro rápidamente la puerta para pararme en frente suyo en la cocina.—¿Compraste el edificio?

—Sí.—Se acerca al microondas y me mira.—¿Eso era tu cena?

Estoy de piedra.—Kata responde.

Comienza a sacar los alimento de la bolsa y comienza rebuscar en mis alacenas como si fueran suyas.—Por cierto.—Dice mientras saca un juego de sartenes—No sabia que tu guardaespaldas es policía.

—¿Investigaste a Smoker?

Coge una tabla de madera, una cuchilla, se quita el saco y lo cuelga de un taburete, afloja el nudo de su corbata y se remanga la camisa. Esta un poco, qué digo un poco, bastante en shock. Lava las verduras y luego comienza a picarlas.

Levanta la vista y me mira.—¿Así atiendes a tus invitados?

Me miro y llevó las manos a mi cadera.—Por lo general los invitados avisan antes de venir, es una cortesía.

Sonríe y sigue con lo suyo.—Era una sorpresa, la idea de las sorpresas son sorprender.

Me rindo.

Cojo un taburete y me siento junto a él.—¿Que me vas a cocinar?

Se inclina hacia mí y deposita un beso en mi frente.—Algo liviano y nutritivo para mi bella reina.

Veo sus facciones y sus acciones. Algo le preocupa.—¿Está todo bien?

Se tensa ante mi pregunta pero sigue a lo suyo. Cortaba un enorme trozo de carne.—Nada en especial. Coloco las verduras picada junto a la carne en una fuente le tore condimento y especias y lo puso a cocinar al horno.—Esto tomará su tiempo.

Suspiro.—¿Que te apetece hacer?

—¿Te dije lo hermosa que te ves?

Estampo sus boca contra la mía con necesidad. Deslizó sus manos por mi espalda y me alzo en sus brazos. Entrelace mis piernas a su cintura y deslice mis manos por su nuca. Camina hacia el colchón conmigo en brazos mientras nuestras lenguas danzan frenéticas. Tropieza y ambos caemos. Su peso sobre el mío fue estremecedor tanto que no pude evitar gemir de dolor. Rápidamente se levanto con sus brazos alrededor mio y me miro con preocupación.

Broken & Unstitched. {Katakuri y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora