No creo en Dios

12 1 0
                                    



Después de analizar, y seguir analizando, no encontraba motivo para que mi mamá trajera un cura todos los meses a ver a mi hermana, no entendía que podía hacer el que no pueda hacer la ciencia, aunque claro, yo solo tenía cinco años, creo que es por eso que no comprendía.

- Mami, ¿Por qué traes un cura? – le pregunté ya harta de no poder saciar mi curiosidad por mí misma.

- Para que Dios cure a tu hermanita – me dijo mi mamá con una sonrisa en la cara.

Yo seguía con la duda, si él podía hacer eso, ¿Por qué mi hermana seguía enferma?, esa pregunta rondo en mi cabeza por unos días, así que empecé a cuestionar la existencia de Dios, si él tenía tanto poder, ¿Por qué habían guerras? ¿Por qué moría la gente de hambre? ¿Por qué la gente moría enferma?; yo ya no sabía en qué creer, así que decidí investigar por mi cuenta en internet. Le pedí la computadora prestada a mi mamá, aunque tenía sólo cinco años, sabía perfectamente como leer y escribir.

- ¿Dios existe? – me dije a mi misma mientras buscaba en internet.

Empecé a ver las páginas y hubo una que me llamó la atención, la abrí y empecé a leer "Dios, solo es una forma de dar esperanza a la gente que lo ha perdido todo", era muy cierto desde mi punto, pero seguía sin entender, así que seguí leyendo "Creer que hay un mundo en el cielo, le da a la gente el valor para continuar, pero también viven asustados, ya que si eres malo o haces cosas malas, no vas a ese cielo, si no al infierno; por esa razón yo no creo en Dios, ya que mucha gente se ha aprovechado de las creencias y la esperanza de la gente, pidiendo limosna para la buena causa, llevándose ese dinero para ellos y solo dando miseria para la verdadera causa, y mediante el tiempo ha generado miedo en la población para poder enriquecerse; no crean que solo es culpa de la gente por lo que no creo, sino que me parece tonto creer que alguien creó el mundo en siete días, o que creó a la humanidad de barro, pero yo no digo que esté mal creer en algo; la verdad es que yo no creo, pero respeto las ideas de los demás, que es lo más importante."; después de leer, comprendí que yo tampoco creía en Dios, y que el traer a un cura, no va a hacer que mi hermana se cure más rápido, pero si eso le daba esperanza y fuerzas, no podía desilusionarla, supuse que la gente ignorante vive feliz, ya que no comprenden la realidad de las cosa o de lo que nos rodea.

- Mami, terminé de usar la computadora – dije y mi mamá se acercó para poder guardarla.

- ¿Para qué la querías hijita? – me preguntó con curiosidad - ¿Para jugar? – dijo con una sonrisa.

- Quería buscar algo que me intrigaba – dije sonriendo para después abrazarle e irme a jugar.

Desde ese día no volvía rezar, pero me quedaba quieta al momento en el que mi familia lo hacía, eso lo hacía por respeto a ellos, pero en mi mente me preguntaba si en verdad estaba bien no creer en Dios, que diría mi mamá al saber que yo no lo hago, ¿Me cuestionaría?, no lo pude descifrar; los días habían transcurrido más rápido de lo normal, mi mamá era mi modelo a seguir, pero me daba miedo, de que si le decía que no creía en Dios, ella me juzgue y ya no me quiera como su hija. Pero me armaré de valor, así que fui a la cocina y le dije que quería hablar con ella.

- ¿Qué pasa hijita? – dijo mi mamá con preocupación – ¿hiciste algo malo? – dijo un poco alterada.

- No mami, pero te quiero decir que después de meditarlo mucho llegue a una conclusión – dije para después suspirar, no sé por qué pero empecé pero empecé a temblar – yo no creo en Dios – dije para subir la mirada hacia mi mamá, que estaba sorprendida, pero después sonrió y me abrazó.

- Sabes, cada uno tiene derecho a creer en lo que quiera, y si tu no crees en Dios, no tienes que ser juzgada, tú eres mi hija, y te quiero tal y como eres – dijo mi mamá después de abrazarme.

- ¿No me odias? – dije sintiendo las lágrimas a punto de desbordarse mientras mi mamá negaba.

Después de contarle a mi mamá, le conté a mi hermana y a mi papá, ellos se sorprendieron un poco pero me sonrieron y continuaron con sus cosas, ellos no me juzgaron y eso me puso feliz.

El diario de CarlaWhere stories live. Discover now