La vida es como un sueño, aveces no sabes que es real y ciertas veces sólo quieres despertar... Como explicar que la mía suele parecerse a una pesadilla, casi la mayoría de veces sé que sin importar qué voy a terminar en la misma miserable vida, pero siendo sincera no es mi culpa, al menos no sólo mi culpa... Quiero vivir, pero a mi manera, sin importar las consecuencias...
No soy la única... no estoy del todo sola...
¿Podrías callarte? -Si, él es Dave, disfruten a ese blanco con ojos cafés que está sentado enfrente mío-.
Dave: Llevas rechinando esos malditos zapatos como media noche -dijo disgustado hacia el de pelo mono blanco con ojos azules llamado Chris-.
Chris: ¿Envidia compañero? -sonrió-.
Absoluta envidia, pensé en silencio... Y ahí entra nuestra canadiense de cabello negro y ojos negros... Kai la menor de todos. Pasa al lado de un espejo y mi mirada queda en él junto mi reflejo... Yo, de 24 años, cabello ondulado color rojo junto mis ojos celestes que combinan con los ríos de New Hampshire, sin olvidar las luces verdes del bar que reflejan mi rostro, lindas pero discutibles.
Kai: Te buscan fuera T/N -me dijo interrumpiendo la conversación del espejo y mía-.
T/N: ¿quién desea interrumpir mi tranquilidad?
Kai: Kallagan, tiene información sobre el paradero de tu madre.
T/N: No necesito información sobre ella -Wanda Robbie, una prostituta que se dejó coger por la policía, gran unión sentimental de madre e hija por cierto-.
Chris: Sólo ve... - Aproximadamente 1,84 de estatura y 80 kilos de musculo, ese es Chris-.
Me levanté del suelo y agarré la primera chaqueta que vi, era de Kai, una terciopelo roja.. Salí de la habitación y comencé a caminar por el pasillo pidiendo permiso entre lesbianas besándose, chicas semi desnudas y parejas compartiéndose el cigarrillo. Al salir del pasillo me encuentro con vendedores, estafadores, ladrones, prostitutas y asesinos disfrutando a los empresarios que huyen de sus esposas en bares como estos ó administradores del gobierno pidiendo matar a su contrincante político, lo normal en mi día a día... A lo lejano encuentro a Kallagan sentado en la mesa declinando la propuesta de la bella mujer sentada en sus piernas, si no fuera por su edad diría que esa pequeña mancha casi innotable en sus piernas no es sólo orine de sus nervios, la mujer le deja su tarjeta y se va sin insistir, entro yo a la escena sentándome justo en frente.
Sr. Kallagan: Buenas noches señorita James.
T/N: Buenas noches Sr. Kallagan, me han comentado que tiene información sobre el paradero de la Señora Wanda pero lamento decirle mi profundo desinterés sobre el caso.
Sr. Kallagan: Lo siento señorita pero vengo de parte de su padre, el señor Jason James y su hermano Laim James.
T/N: Peor aún -dije mirando directamente a sus ojos- ¿Acaso usted ahora se dedica a hacer recados a otras propiedades?
Sr. Kallagan: -sonrió- No, como se le ocurre. Me dijo que le entregara esto y que llamara a este número cuando esté lista para unirse al... -carraspeó- Negocio familiar -me entregó una carpeta con el perfil de todos mis amigos y contactos cercanos-.
T/N: Querrás decir; unirme a la Asociación de Asesinos busca pleitos más grande del mundo que desgraciadamente pertenece a mi familia, no es un negocio, la vida de los demás no lo es.