Capítulo 21- Baka-Boguto

535 20 30
                                    

—Sarada-chan— habló Mitsuki, cerca de su oído. La Uchiha logró ponerse nerviosa por aquel pequeño acto—. Finge estar borracha para molestarlo con eso. En ese estado, él tendrá que aguantar.

¿Molestarlo con "eso"? ¡Vaya plan más idiota! Aunque ese chico sí que lo era; un auténtico baka. ¿Quizás debía de hacerle caso a Mitsuki?
No, habría posibilidades de meterse en algún problema. ¡Pero cómo evitarlo!

Finalmente terminó ahí, frente a su puerta. Había pellizcado sus mejillas para coger un color bastante rojizo. En cuanto el olor a alcohol, fue sencillo; se echó encima unas pequeñas gotas de sake.
Si el plan funcionaba, ¡podría ver cómo lo destruía!

Pero qué chica tan mala y graciosa, ¿verdad?

—Sarada— volvió a hablar el Uzumaki, sujetándola para que no cayese al suelo—. Diablos, Sarada... Solo hacía unas horas que no hemos estado juntos. ¿Qué ha pasado?

—Shaaaaake— arrastró la lengua. Realmente era muy difícil para ella el fingir hablar de aquella manera, pero todo sea por una buena causa, ¿no?— Vamosh Baka-Boguto, ¡quieeego hacelo contigo!

Y la palidez del rubio desvaneció. Comenzó a tener algo de color solo con aquella proposición. Por supuesto que tenía muchas ganas. Hacerlo por primera vez, para él, no solo era un deseo. Era una necesidad.
Cuando dos parejas lo hacían, hacían oficial su amor y su confianza.
Es por eso que quería; cortar distancia entre ambos en aquel gran acto de amor. ¡Pero no así! Ella no era consciente a sus ojos, por lo tanto, ni pensarlo; eso estaba más que mal.

Intentó calmarse; dejar que su respiración no se agitase tanto, pero le era imposible hacerlo. El champú de la chica, su aroma, sus largas pestañas... Ni siquiera el olor a alcohol era molesto. Eso quizás la veía más adulta, más dispuesta.

Ante la duda de poder controlarse, sentó a Sarada en el sofá, separándose de ella. Uno en cada punta. Sarada pensando en cómo ser atractiva y, Boruto, pensando en cómo huir de aquella situación.
Si la dejaba sola podría marcharse. Había tantos pervertidos sueltos en Konoha que no podría dejarla; en aquel modo, cualquiera podría aprovecharse de una chica tan sensual.

<<Cálmate...>> pensó. Su corazón aún estaba bastante agitado. No podía hacer nada para evitarlo.

—¿Poh qué no quierez?— habló, mordiendo sus mejillas para no reír. Usó un tono bastante adorable para ser ella, cosa muy extraña.

A él le gustó. ¡Siempre era tan... tsundere!

—Sarada. Esto no es-

Boruto calló sus palabras ante el movimiento de la Uchiha. Se estaba acercando a él a gatas. Aquello fue sensual; su mirada lo pedía a él, igual que aquel escote entreabierto. ¡Demonios y más demonios! Prefería luchar de nuevo contra Usui en vez de aguantar aquello.
Y de repente, lo hizo.

La mano de Sarada se dirigió hacia su paquete, pareciendo totalmente inocente de lo que estaba haciendo. Sonrió con maldad, cosa que hizo sospechar a Boruto.
Sus dedos... La yema de estos se deslizaban por aquel lugar, provocando un quejido en el rubio.

—¿El qué? ¿Hezto de aquí?— preguntó, aún acariciándolo.

La sensación del Uzumaki era miedo. ¡Mucho miedo! ¿Desde cuándo las chicas podían volverse de aquel modo?

—Vamoz vamoz, ¿cuándo ze va a levantah ezto?

—¡Sarada, déjalo!— y por supuesto, sonó sereno. Debía de aguantar para que, como dice ella, no se levantara. Sería demasiado vergonzoso e irrespetuoso por su parte dejarlo de ese modo—. Deja de tocarlo-

TRUSTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora