Capítulo 8

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"Estamos unidos por la sangre, y la sangre es memoria sin lenguaje"
- Joyce Carol Oates

7 de Septiembre de 1988
~La Toscana, Italia 12:00 p.m.~
Volveré por ti- Christian Fisher abrazaba a Juliette
-Siempre te vas. Siempre me dejas sola-Juliette se alejaba molesta.
-No es así. Sabes que tengo que hacerlo...
-Pero ¿Y tu hermano?
-El no es mi hermano. Sabes que mi única familia eres tu.
-Desde que lo conozco ha llorado por ti y por tus papas...
-Sal de mi habitación.
-Pero...
Se hizo el silencio
-Te portas como un idiota- Juliette comenzó a llorar

11 de mayo del 2005
~Washington D. C, E.U.A 11:40 a.m.~
-Dijiste que querían irse...-Hatch tosió- No lo entendí hasta que las cosas tomaron lugar. Markus se fue en medio de la noche...Y desaparecieron sus registros. Me preguntaba ¿como?. Y luego cerré el caso de la muerte de tus padres.
-¿Por qué?- preguntó Carter molesto
-Ellos tuvieron la culpa de todo lo ocurrido. Eran jóvenes estupidos, hicieron una apuesta con Wulf.
-¿El imbecil de la fiesta?- interrumpió
-Espera...¿Estuvo en la fiesta?
-Si. Le dispare en un ojo.

~Los Ángeles, E.U.A. 1:00 p.m.~
-¿Te gusta?-preguntó Christian indignado
-¿De qué hablas?- respondió Juliette
-Estas enamorada de Carter- aseguró el
Ella se quedo callada.
-No pienso ser tu amor en turno- aseveró Christian
Ella camino más rápido
El la tomo del brazo y la jaló hacia el. Quedaron frente a frente.
-Mírame a los ojos y dime que no lo amas- ordenó el
-No puedo- Juliette agacho la cabeza
Christian acerco sus labios a los de ella. La besó, ella no lo evito, pero no era lo que quería. Buscaba llenar el vacío en su pecho, con un amor fantasma.

~7:00 p.m.~
-Te ves preocupada- Christian abrió el refrigerador
-No es nada- contestó Juliette cortante
Él se sentó frente a ella.
-Te amo Juliette- el susurró
-No me digas eso por favor- pidió Juliette molesta
-Solo digo la verdad.
-Yo no puedo corresponderte
-Déjame intentarlo. Ponte en mis manos- suplicó el- Yo puedo enamorarte. Déjame conquistarte.
-No me conoces- ella se alejó de el.
Juliette salió de la habitación, dejando un corazón roto que le costaría muchas lágrimas.

La Sonata del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora