Capítulo 3

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Alzó su puño frente a él con una cadena de cobre enrollada entre sus dedos y un dije colgando balanceándose de un lado a otro, se trataba de una llave de bronce bastante particular. Lucía antigua y el diseño de la punta del mango era una calavera redonda sonriente y seis salientes que sobresalen de ella.

Hace meses atrás Law se la regaló, algo especial que él mismo decía que si la perdía, sería como perder su propio corazón. En aquella ocasión se encontraban en otro país celebrando sus vacaciones de navidad en una región del centro de Italia. Ambos acordaron pasar las fiestas en aquella ciudad que, según Nami, era uno de los lugares más románticos del mundo. No se equivocaba realmente, pero el invierno allá era para no querer salir de sus casas. Claro, eso no los detuvo a ninguno de los dos, no había tantas personas, los precios eran cómodos y tenían casi todo para ellos, y lo más importante: nevaba.

Para el imperativo chico no había nada que lo emocionara más que ver la nieve descender, siendo este criado en una zona tropical, la nieve era para él un nuevo mundo. Nunca se cansaba de verla caer y que el frío era lo mejor. Para el oji-hazel estaba más que acostumbrada a ese ambiente frió, tanto así que no lo sentía realmente; aunque dijeran que estaban a 5°C.

Recordaba cómo en aquella ocasión, él estaba emocionado por ir a Toscana y conocer la famosa torre de "Pizza" como decía Luffy. Su novio tenía todo el viaje corrigiendo el nombre, ya aparecía un disco rallado. Incluso le tuvo que explicar que la Torre no está hecha de pizza, no le quiso creer hasta que llegaron y descubrió con sus propios ojos. Una vez más Law le reprocho con una sonrisa ladeada: "Te lo dije, es Pisa no Pizza tonto"


Como un leve espejismo entre los copos el recuerdo se asoma.


A pesar de su gran decepción y maldecir al autor de la torre por llevar un nombre tan confuso, Law lo llevó a cenar al Ciro & Sons, un hermoso restaurante en Florencia, ahí Luffy obtuvo su pizza. Ambos comieron una... bueno fueron dos... la verdad es que no sabe Luffy cuántas pizzas pidió aquella vez, además de los filetes y entremeses.

Cuando hubo terminado la comida, ambos quedaron en aquellos asientos que dejaban entre la intemperie, rodeado en una cúpula cuadrada de vidrios. La nieve golpeaba con suavidad el techo de vidrio y empeñaba un poco.

Recordaba que en esa ocasión, él y Law se fueron con sus sombreros. Luffy su característico sombrero de paja, y Law su gorra esponjosa de blanco y moteado en negro.

—Luffy-ya —había llamado el doctor y el menor atendió mirando ahora los hermosos ojos entre grises y dorados de su pareja, sonreían con ternura mas también se mostraban decididos. Una parte de él se tensó, pocas veces lo llama por su nombre y esas pocas veces es cuando el menor se había metido en algún problema—. ¿Quieres ir a otro lugar?

—¿A dónde Torao? —preguntó ladeando la cabeza.

—Es una sorpresa —se levantó de la silla y la rodeó hasta llegar al lado de su novio para luego extenderle su mano—. ¿Vamos?

Le sonrió al instante y tomó su mano. Pagaron entre ambos la cuenta, empezaron una tonta pelea para ver quien pagaba la cena y al final ambos la pagaron. Ya al menor no le gustaba que siempre lo anduvieran consintiendo, en algunos casos sí, pero a veces le encantaba —solo con Law— consentirlo a él y terminar por competir por esas tonterías.

No fue mucho lo que caminaron, hablando de cualquier cosa y Law evitando las preguntas de Luffy con respecto al lugar al que iban, le encantaba las caras que su amante le mostraba solo para convencerle de decirle. Llegaron al Ponte Vecchio, un puente largo lleno de locales.

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