Al día siguiente me levanté muy pronto. Estaba asustado, nervioso, mirando un punto fijo en una grieta del techo, de la cual caía una gota cada cierto tiempo en mi almohada. Estaba lloviendo mucho.
Entre gota y gota se me pasaba por la mente mil ideas, recordando lo pasado, los sueños,...¿Qué significan?. Se me ocurrían razones pero ninguna me justificaba que no estuviera loco. La lluvia menguaba, las nubes cargadas de vapor decidieron irse.
Decidí que era buena idea ir a una plaza que conocía, allí solía ir Kolaro, lógicamente con móvil en mano.
Es un poco pequeña, sin apenas coches y con una penosa fuente que hace tanto tiempo que no funciona, que parece que nunca llegó a funcionar. Tiene algún árbol que da una gran sombra, que en días de verano se agradece, y algún bar que abre de vez en cuando.Está a unos 20 metros de mi casa. Se llega por una calle bastante ancha, con mucha acera y poco ocio. La llamamos calle mayor, aunque no se llama así. La cruzo la mayoría de los días porque cerca está el restaurante "El camino" y es el camino más corto al instituto. Cuando llegué me encontré con Kolaro......y Murme.
Estaban de pie, debajo de ese gran árbol, una mirando el móvil y el otro empanado mirando la fuente. Parecía que estuviese esperando, tontamente, que funcionase mágicamente.
Decidí que no era hora de juntarme con él, para empezar otra vez. No merecía la pena ir con ella. Pero la suerte cambiaba a mi favor.
Me mandaba un mensaje Kolaro si quería ir a comer para despedir las vacaciones. Acepté sin pensarlo, ya tenía algo que hacer. Hacía dos días me dieron la paga así que no había problema.
Parecía que la cosa cambiaba para bien, pero solo era una felicidad instantánea y enmascarada. Yendo para allí, vi a esa persona, en la otra acera, observándome de reojo. Miré mi reloj, estaba loco adelantaba dos segundos y retrocedía tres. Esto no era normal. Notaba que todo se distorsionaba.
En un momento, desapareció dejando con él un rastro de ceniza negra y naranja, que parecía estar quemándose aún.
Casualidad que no hubiese nadie en la calle.Seguí hacia el restaurante, debía dejar todo esto, no pensar en ello.
Llego,.....y eran las 3 de la madrugada. No puede ser. No había pasado tanto tiempo.Me llegó un mensaje....de Kolaro:
Hola, ¡Que bien no?!, ¡Vacaciones de una vez!!! No más instituto!!!En ese momento me quedé pálido...y no recuerdo nada más.
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Deformación de la realidad
Siêu nhiênUn chico, Jean Fox, tiene una vida prácticamente normal, hasta que un día, comenzó la locura. ¿Es tan normal Jean Fox?