¿¡Mis hijos!? (Tom Holland y Tu)

¿¡Mis hijos?

Hay un momento en la vida en el que todos tienen un capricho que harían cualquier cosa por conseguir, el mío fue él. La primera vez que lo vi fue con mi familia mientras mirábamos la película "Lo imposible".

Ahí comenzó mi obsesión.

Leía cada noticia sobre él, cada programa en el que aparecía, sabía todo sobre él.

No era el actor más guapo, o con mejor físico pero tenía algo que me encantaba. Llegaba a soñar con conocerlo, besándome, tocándome.

Y cuando cumplí 16, decidí que no quería que solo fuera un sueño mío. Quería que él me hiciera suya, él tenía 17 años para ese entonces.

Ni siquiera recuerdo como logre colarme en su hotel, mientras el filmaba la película "How I Live Now". Lo que si recuerdo es su expresión cuando me encontró, pues no es por ser engreída pero yo no estaba nada mal, tenía un cabello largo y rizado, mi cuerpo estaba bien desarrollado, es decir tenía buenas curvas.

Recuerdo como su expresión cambio por completo. Parecían haber tenido un mal día antes que verme, había entrado enfadado a su cuarto y nunca supe porque, ni siquiera me importo. Estaba tan sorprendido de verme ahí pero supo de inmediato cuales eran mis intenciones.

Se acercó a mí. Lo tenía tan cerca, era aún más lindo en persona, casi me derretí cuando sentí su aliento.

Dios, mis sueños iban a cumplirse.

Me tomo me la cintura pegando a él. Nuestras frentes estaban pegada y nuestras bocas tan cercas.

— ¿Puedes hacer que lo olvide todo por un rato? —pregunto. Lo sabía, tal vez si ese mismo día no le hubiese ido mal, hubiera llamado a seguridad para sacar a la loca que se había colado en su cuarto.

Pero no. Su día había sido terrible, necesitaba despejarse y ahí estaba yo, una bella chica en su cuarto dispuesta a darle todo lo que el desee.

—Si—dije para luego probar sus exquisitos labios.

Ahí fue donde comenzó nuestra aventura.

Por meses nos veíamos a escondidas, hacíamos el amor en su cuarto y tomábamos todas las precauciones para que nadie sepa sobre mí, después de todo él era famoso y yo solo era la chica con la que solía acostarse.

Pero solo éramos niños jugando a ser amantes. Con el tiempo no solo me convertí en la chica con la que se acostaba, también fui su confidente y su consejera, me contaba prácticamente todo. Yo solía escucharlo atentamente, me encantaba oírlo.

Entonces supe que me había enamorado de él.

Mi capricho ya lo había cumplido pero no quería alejarme de él, aunque él no quería nada serio conmigo, aunque sabía que el solo me utilizaba.

Era feliz en sus brazos.

Hasta que me entere que estaba embarazada. Lo primero que hice fue decírselo a Tom ¿Y cómo reacciono? Pues de la peor manera.

—No. No es posible —dice caminando de un lado al otro en el cuarto— ¿Cómo... por que lo hiciste?

—Un bebe se hace de a dos, Tom. No es solo mi culpa.

—Mira ___, solo tengo 17 años. Tengo una carrera y... tu solo llegaste a arruinarlo todo.

Cerré lo ojos y se me hizo un nudo en la garganta.

No podía creer lo que me estaba diciendo.

Yo no era la única culpable, pero aun así el me hacía sentir que sí. Que solo había sido la puta que se ofreció a él, lo cual en parte era cierto.

—Por el bien de ambos ese bebe no puede nacer.

Mire el suelo horrorizada. No, no puede estar sugiriéndome eso.

—Solo tienes 16 años ¿Qué dirán de ti? ¿Y de mi? Esto va arruinar todo que que he hecho hasta ahora.

Pensé en la mejor idea para lidiar con todo esto.

Yo no era capaz de matar a mi bebe, me aparecía algo inhumano, pero Tom tenía una gran vida, una gran carrera y un gran futuro. Y era cierto, esto iba a arruinar su vida más que la mía.

Supe que hacer en tan solo unos segundos.

—Tienes razón—dije a lo que él me miro sorprendido, tal vez espera que luchara más por la vida de mi bebe, que me negara a hacerlo o que discutiéramos pero yo no estaba para eso—Este bebe solo va a arruinar tu carrera, lo mejor es deshacerse del problema.

Esa fue la última vez que lo vi. No me arrepiento de eso porque a pesar de todo yo amaba a Tom y esta era la única forma de asegurar su carrera y la vida de mi hijo.

La reacción de mis padres tampoco fue la mejor y era de esperarse, más aun si les dije que no sabía quién era el padre. Sabía lo que creían, que su pequeña princesa se había comportado como un puta, una decepción. Pero quien no me creyó fue mi hermano Dylan, entro en mi cuarto sin que mis padres sepan para exigir que le cuente quien era el padre de mi hijo.

Cuando se lo dije no me creyó, entendí perfectamente. Es que era algo trillado, pero cuando se lo dije por cuarta vez entendió. Su hermanita estaba embarazada de un famoso actor. Me prometió guardar el secreto y apoyarme en todo.

Después de varios meses sin dirigirme la palabra, mis padres me perdonaron y con el tiempo les entusiasmo la idea de que serían abuelos. Cuando supieron que serían gemelos, mis padres remodelaron el cuarto de invitados para mis bebes, era una suerte que mi padre sea el dueño de una empresa de marketing y en teoría sea rico. Estaban tan ansiosos con la llegada de los bebes.

Mi vientre crecía más y más. Y no podía evitar pensar en Tom, en cuanto lo extrañaba y en cuanto deseaba que estuviera conmigo en ese momento. Pero era imposible, él ya había tomado su decisión y supe que rápidamente había comenzó una relación con una chica llamada Elle Lotherigton, me rompió el corazón saber que yo le había importado tan poco.

Mis bebes habían llegado al mundo, Alex y Nick Peyton. Mis hermosos niños de ojos azules, los consentidos de los abuelos y del tío Dylan.

Verlos crecer había sido increíble. Los amaba más que nada.

A veces me preguntaba si había hecho lo correcto cuando le hice creer a Tom que abortaría. Me preguntaba si alguna vez se arrepintió de lo que me dijo ese día y que tipo de padre seria, como trataría su familia a mis hijos. Pero ya era demasiando tarde.

Ahora mis hijos tienen 6 años. Los tres vivíamos en un departamento en Liverpool. Ahora mismo estaba conduciendo para ir a un partido de futbol de mis hijos y el club en que jugaban era uno de los mejores.

"Estas llegando tarde"

Me envía un mensaje mi hermano.

Estaba a punto de responder cuando escuche una bocina, sentí un gran golpe y todo se volvió negro.