Capítulo 8

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La vena en la frente de David parecía querés estallar.

Frente a él estábamos los niños, Harrison y yo todos con la cabeza baja. Me sentía un niño siendo regañado, estaba seguro de que Harrison se sentía igual.

—Lo primero que quiero saber es ¿Por qué se encontraban en el centro comercial, cuando debían ir directamente al departamento?—dijo David con frialdad.

—Fue mi culpa—hable antes de que alguien más lo haga—Le había prometido a los niños helado, así que lo lleve. No fui cuidadoso y unos fanáticos comenzaron a seguirme, lo primero que pensé fue en entrar a una tienda y llamarte. Lo siento.

No iba a decir que mi plan era comprár el helado y comerlo en casa pero que ciertos niños prácticamente me obligaron a llevarlos. No, no iba a dejar que los regañaran a ellos.

David sobo su sien para luego mirar a Harrison.

—Ahora explícame ¿Por qué me llamaste para pedirme que fuera al departamento de Thomas para la mochila de Álex y luego rescatara a Tom ?—pregunto ahora sí alterado—¿Cómo es que dos niños de 6 años terminaron en la comisaría del centro comercial?

—Te lo contaré todo—comenzo a hablar Harrison—Primero llame a Tom porque los niños no estaba en donde se supone que debían estar, cuando oí el alboroto supe que Tom no iba a poder ayudarme así que comenzé a buscarlos por mi cuenta. Le pregunté a la persona si los habían visto y una señora me contó que unos niños que eran idénticos estaba siguiendo a un hombre barbudo pensando que era Santa Claus, resulta que este hombre el dueño del centro comercial y pidió que alejará a los niños de el, y que los guardias los llevaron a la comisaría. Fui corriendo hasta allí y me encontré con Alex hablando animadamente con un oficial y a Nick jugando a las cartas con un prisionero. Te llamé para pedirte porque necesitaba llevaras la documentación de los niños que estaba en la mochila de Álex y a Tom porque siendo el adulto responsable de los ellos—termino de contar.

David río sin gracias.

—Adulto responsable—dijo con un bufido.

Okey, eso me ofendió pero en esta situacion no podía quejarme.

Esta vez, David miro a los niños cosa que hizo que me tensara. Inconscientemente tome la mano de Álex, quién se encontraban a mi lado. Nosé si fue un instinto protector o para que no se sintieran asustados, ni siquiera yo sé porque lo hice.

Alex me miro algo sorprendido pero no soltó mi mano.

—¿Ustedes por qué salieron de la zona infantil?—le pregunto a los gemelos.

—Ese lugar olía a pata—respondio Nick asqueado y sin temor alguno—Luego vimos a Santa y comenzamos a seguirlo, quería pedirle un mono y un amigo para el mono. Pero se ve que cuando no es época de Navidad, santa se pone de mal humor. No fue nada agrada...

Alex tapo su boca para que no siguiera hablando. Harrison aguantaba las ganas de reírse, mientras yo no podía creer lo descarado que podía llegar a Nick.

Y extrañamente me gustaba su actitud. Pero David no parecía pensar lo mismo.

—Lo sentimos mucho, señor. No quisimos meter a Tom en problemas—dijo Álex apenado y sus ojos comenzaron a cristalizarse.

Eso removió mi interior. Odio ver esos ojitos tristes, fue como si me hubieran dado una patada en el estómago.

¿Era posible que me encariñara con ellos tan rápido?

La mirada de David se suavizó un poco. Alex parecía saber comprar a cualquier adultos.

—Tranquilos, yo... Agh. Hablaremos de esto luego, Tom—con eso fue, ya que saber que decirle a Álex.

Suspiré.

No había sido el mejor día, es más, había sido un desastre. Los gemelos habían llegado y yo no sabía que hacer.

—No estés tan desanimado, Tom—dijo Nick—Recuerda que este es solo el primer día con nosotros.

Y con eso entre en pánico.

¿¡Mis hijos!? (Tom Holland y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora