Capítulo 9

4.4K 431 147
                                    

La fuerza brusca me hizo girar la cabeza, el fuerte ardor en mi mejilla era doloroso pero no importaba, sabía que me lo merecía.

Frente a mi, mi madre cambio su expresión enojada para llevar las manos a su boca, con una expresión de sorpresa y arrepentimiento. Nunca antes me había golpeado.

—Hijo... Yo...—sabia que iba a disculparse, asi la interrumpí.

—Esta bien, mamá. Lo merezco.

Si, ya había anticipado cualquier reacción de mis padres. Había una semana que los gemelos estaban conmigo, habríamos llegado a Londres el día de ayer.

David se había encargado de todo lo legal con respecto a los niños de forma discreta, por suerte tenía con ellos todos sus documentos, pasaportes y permisos para viajar.

Y si, los directores ya los sabían. David hablo con ellos explicándoles toda la situacion, luego de todas las maldiciones y reclamos, habían llegado a un acuerdo. Acordaron que todo dependería que la reacción de los fanáticos y la prensa cuando se sepa la noticia. Si apesar de todo aún tenía el apoyo de los fanáticos seguiría en los proyectos de Marvel, en cambio si la gente comenzaba a repudiarme luego de esto, yo quedaría fuera.

Pero en este momento, lo único que me importa era lo que mi familia pensaba de mi. Anoche había llegado y le pedí a mis padres que viniesen a mi casa, solos, sin mis hermanos.

Sentí tanto miedo, mis manos temblaban mientras les contaba todo. No les conté la especie de relación que tenía con ____, despues ellos ya sabían sobre ella. Les conté el porque nos separamos, lo que yo hice...

Claro, no llegue a explicarles lo que sucedió hace una semana cuando llegaron los gemelos a mi vida, pues mamá no me dejó acabar.

Papá se mantenía en silencio pero podía ver la decepción y la tristeza en sus ojos. Eso me hizo sentir peor.

—Yo no te crie de ese modo—la voz de mamá se quebró, y las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos—Fuiste muy irresponsable, ambos lo fueron. Eran solo unos niños.

—Lo se, mamá—mordi mis labios para no soltar lágrimas yo también.

Mi madre levantaba la voz, comencé a preocuparme porque los gemelos se encontraban durmiendo la siesta en el piso de arriba. Tal vez debí decir a Harrison que los llevará al parqué o por un helado.

—Pero, tú—la voz dura de mi padre me hizo estremecer con temor—¿Qué clase de hombre le pide eso a una niña asustada? En lugar de reconfortarla, darle apoyo y hacerte cargo por un error que ambos cometieron, preferiste deshacerte del niño que ambos engendraron. Y ella lo hizo ¿No es así? Ja, seguro que si, no eran más que unos niños tontos e irresponsables.

Bajé la mirada cuando las lágrimas comenzaron a caer.

____ si se había hecho cargo del error que ambos cometimos, ella había madurado, los había cuidado y criado, salió adelante sin ayuda. El único tonto e irresponsables fui yo.

—Pudimos haber sido abuelos—murmuro mamá sorprendida.

En eso los miro asustado.

Mis padres, aún no sabían que ____ decidió continuar con el embarazo sola, no sabían que eran abuelos hace 6 años.

¡Santa mierda, ellos no sabían que era dos!

—E-en realidad...

—Cielos, uno ya no puede dormir tranquilo.

Dios me odiaba.

¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser Nick el que bajara?

Mis padres quedaron en shock cuando vieron a Nick bajar. Pues claro, era una mini-copia mia.

Nick al ver a los adultos desconocidos para él, abrió los ojos asustado y me miro, sin saber que hacer... Yo estaba más aterrado que él.

—Thomas ¿Quién es el niño que está en tu casa y por qué es idéntico a ti?—pregunto mi padre sin salir de su asombro.

Nick corrió hacia mi y lo tome en mis brazos, el niño escondió su cara en mi cuello y pude sentir los latidos acelerados de su corazón .

Sabía cuan inteligentes eran los gemelos, tal vez ya sabía de la situacion y quiénes era las personas presentes.

—Lo siento, Tom—susurro el niño.

Me estremecí al oírlo tan asustado. Odie verlo de ese modo, asi que lo abrace con fuerza para calmarlo.

Casi me había olvidado que mis padres estaba presentes.

—No lo puedo creer—oi el murmullo de mi madre.

Los mire. Mi madre no dejaba de mirar a Nick y mi padre se sentó en el sofá, parecían estar asimilando lo que sucedía.

—Entonces es cierto, esa chica si tuvo a su hijo—dijo mi papá—¿Decidió hacerlo sin ti?

—Si—dije en voz baja—Hace una semana que los conozco.

—¿No lo sabías?—pregunto mi madre.

Negué con cabeza, aún con Nick abrazándome con fuerza, negándose a mirar a mis padres, tal vez por miedo.

—Lo siento—volvio a murmurar Nick, está vez siendo oído por mis padres.

La mirada de mi madre se suavizó un poco y se acercó un poco, mi padre mantenía su distancia pero veía atentamente cada acción de mi madre. Sentía a Nick estremecerse cuando mamá toco su hombro.

Lentamente suaviso su agarre de mí y  fue sacando su cara mi cuello para mirar a mi madre.

—¿Cómo te llamas, pequeño?—pregunto dulcemente.

—Ni-Nicholas Peyton—respondio Nick mostrándose tímido—Todos me dicen Nick.

Nunca lo había visto de ese modo. Nick era el más travieso, el más confianzudo. Pero ahora se veía tan nervioso y asustado.

Mi madre le sonrió.

—Yo soy la mamá de Tom, Nick. Me llamo Nicola.

Nick abrió los ojos sorprendido.

—¿De verdad tiene mi mismo nombre?

—Es parecido pero no es el mismo—dijo mi madre soltando una risa, que hizo que me relajara un poco.

Nick sonrio un poco y pero borro su sonrisa, mostrándose nuevamente tímido.

—¿Cómo puedo llamarte?—le pregunto.

Mamá abrió los ojos sorprendida y luego parecía no saber que decir.

—Em... Bueno, no lo se—dijo algo incómoda.

—Eres su abuela—le dijo papá en modo burlón.

— Y tu su abuelo, y ni siquiera te has presentado—le reclamo mi mamá.

Papá rodó los ojos y se acercó. Me dirijo una mirada dura antes de mirar a Nick y mostrar una sonrisa sincera.

—Hola, niño. Me llamo Dominic y soy papá de este tonto—dijo señalando—Puedes llamarme Abuelo Dom.

Nick le mostró una enorme sonrisa.

—Gracias—le dije a mis padres en voz baja, por no tratarlo con dureza y por ser amables con él.

—Este niño no tiene la culpa nada—dijo mi padre mirando con enfado.

Aún estaba enfadados conmigo, lo sabía, no sabía cuando iban a dejar de estarlo pero iba a demostrales cuan arrepentido estoy y que estoy dispuesto a arreglarlo todo, que nunca me separe de los gemelos que ahora eran parte de mi vida.

Había recibido un golpe y un gran regaño, pero todo había salido mejor de lo que pensé.

Ahora sólo quedaba contarle de forma calmada sobre Álex, así no se asomabraran tanto cuando...

Un grito agudo interrumpió mi planes.

—Nick ¿Donde estas?

Señor ¿Por qué me odias?

¿¡Mis hijos!? (Tom Holland y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora