•Un Beso No Te Traerá De Vuelta • LS

I

⚠️ Uso De Lenguaje Ofensivo.

⛔ Hasta la chngada de la mala comprensión lectora, Eleanor no es la madre de Delilah, lean bien. Gracias.

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Capítulo 1.

4 Febrero, 2021.

El frío lo envolvió completo cuando detuvo su paso frente a la puerta de aquel lugar. Aquel sitio donde había pasado una parte de su vida, y había vivido su primer amor.

Louis tomó aire y abrió la puerta de aquella mansión que tenía años sin visitar.

Lo primero que sus ojos captaron fue a los chicos; sus tres compañeros de banda, quienes sonreían ampliamente y bromeaban entre ellos, sin prestarles atención a los invitados. Sin embargo, cuando sus miradas dieron con él, sus sonrisas se borraron en un instante.

El ambiente se tornó tenso cuando ingresó en el lugar. Sabía que eso pasaría, él había sido uno de los culpables de que One Direction no regresara en tantos años.

Caminó un par de pasos, y como si fuera un imán junto al metal, su mirada ubicó rápidamente a su cuarto compañero. Harry.

El otro culpable.

Detrás de Louis salió corriendo una niña de cabellos dorados y preciosos ojos avellana verdosos. Esta corrió hasta Niall sin ningún miedo, sintiéndose pesada con aquella gruesa chamarra.

—¡Tío Niall! —. Su vocecita dulce e infantil llamó la atención de algunas personas alrededor.

El aludido la tomó en brazos, recibiéndola con una gran sonrisa.
—¡Hermosa! ¿Cómo estás? —.

—Bien—. Respondió, llena de energía y felicidad.

Louis se acercó despacio a sus viejos amigos, con las manos en las bolsas de su abrigo. Liam, Zayn y Niall le sonrieron.

—Entonces... ¿Esto está pasando? —. Les dio una suave sonrisa.

—Louis, hermano —. Zayn palmeó su hombro, feliz de verlo —Así es, esto está pasando —.

—Lo está —. Liam afirmó, pero su sonrisa cayó al par de segundos —Pero antes, necesitas arreglar una cosa —. Le recordó. 

Todos volteron a ver a Harry; quien platicaba alegremente con unos de los invitados al pequeño convivio, completamente ajeno a la situación.

El castaño negó despacio.
—Acabo de llegar chicos, por amor de Dios —. Bufó.

—Al mal paso, darle prisa —. Liam lo aconsejó —Durante más rápido lo hagas, será mejor —.

—Mañana —.

—Hoy —.

La niña de profundos ojos avellana verdosos jaló el abrigo de Louis, interrumpiendo la conversación.
—¿Puedo comer una galleta? —. Hizo un puchero, jalando el abrigo con insistencia.

El castaño negó.
—No es día de galletas —.

Aquellas simples palabras hicieron que la menor apretara el puchero en sus rojos labios y corriera con Niall de nuevo.

—Oh, vamos, Louis, es sólo una galleta —. El irlandés también hizo un puchero, mientras cargaba a la niña en su cintura.

—Niall, no comiences —.

—Una sola —. Repitió, marcando el puchero de sus labios.

El castaño jadeó.
—Tiene cinco años, la vas a hacer una malcriada, basta. No, es no —.