LA IGLESIA

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Cuentan que la Iglesia San Sebastián lleva abandonada desde 1954. Según mi abuelo, el motivo fue porque una bestia demoníaca atacó a cientos de personas mientras escuchaban la misa central un 23 de febrero. Fue una masacre que aterrorizó a todos los pobladores, por ende, el local tuvo que cerrar con aquel ser dentro.

Mis amigos y yo nos obsesionamos tanto con la historia que decidimos investigar más a fondo.

23 de febrero de 2017, hoy iremos a la Iglesia abandonada, estamos ansiosos y llenos de adrenalina. El primero en llegar fue Juan, con una camisa negra y un jean oscuro, luego Antony con un polo azul y un buzo, por último, Clarissa: ella con unos ojos claros, una sonrisa en la cual me perdía en mis más hermosos recuerdos de la infancia y un cuerpo muy bien desarrollado. Bueno, no hay que ser adivinos para saber lo que siento por ella.

22:00

Ya es hora, nos dirigimos por la Av. Francisco Pizarro, haciendo bromas, pero me pierdo en mis pensamientos: "¿Cómo una chica tan dulce puede tener el coraje y la valentía de enfrentarse a esto?".

Llegamos, la estructura está muy dañada, encontramos un agujero entre la malla metálica e ingresamos, veo alrededor, las columnas agrietadas, incluso un par de ellas dejan notar sus estructuras internas. Las paredes tienen ilustraciones algo tétricas, no puedo identificar muy bien en qué lugar me encuentro.

Antony enciende una linterna, nos damos cuenta que estamos en el interior de una catacumba, trato de buscar con la mirada una salida, pero no la hallo, todo está en una oscuridad espesa con polvo denso en el aire, la única alternativa es seguir adelante.

Ya llevamos una hora caminando, entre bromas y sustos, el tiempo pasa volando.

Un grito desesperado nos obliga a voltear la mirada, es Juan con unos ojos desencajados, se deja caer frente a todos, nos quedamos pasmados ante la profunda herida en su espalda.

Son tres líneas paralelas inundadas de sangre, no sé qué hacer, me inmovilizo como hipnotizado. Escucho a Clarissa gritar mi nombre, mientras una mano me jala del brazo, una lágrima se desliza por mi rostro.

Corremos lo más rápido que podemos, tratando de huir de algo que no conocemos, el terror nos invade, no quise dejar a Juan, pero si me quedaba seguramente el siguiente hubiera sido yo.

Mis piernas ya no responden, perdí la noción del tiempo, ya no sé cuanto vamos corriendo, caigo, no puedo más. Clarissa vuelve y trata de darme ánimos, pero es en vano, no puedo ponerme en pie.

Antony sigue adelante, la luz tenue de la linterna se va alejando hasta desaparecer, Clarissa aún sigue conmigo, le ruego que escape, me deje y se salve. Es como si me ignorara, trata sin éxito de levantarme, es una chica fuerte y valiente, no sé cómo...

Un ruido desgarrador me distrajo de los pensamientos, el cuerpo de Clarissa cae encima mío, ¡ESTÁ SIN CABEZA! La sangre sale disparada hacia mí, tengo náuseas y ganas de llorar, grito amenazando a aquella bestia, abrazando a mi mejor amiga.

La adrenalina se apodera de mí, me arrastro cargando el cadáver degollado.

Un dolor punzante me obliga a detenerme, sé que es el fin, sé que no puedo seguir huyendo. Pongo todo mi esfuerzo al apoyarme en la pared presionando el agujero en mi pierna.

Grito de coraje y terror, mientras veo los ojos de aquella bestia enfurecida.

Va acercándose lentamente, lo observo con más detenimiento, ¡No es un demonio, es un...! Siento como las garras me destrozan el rostro.

¡Oso! Despierto con un escalofrío y el corazón explotando en latidos, en ese momento lo único que atino a pensar es: "Nunca más escucharé historias del abuelo".

TrastornoWhere stories live. Discover now