Esto es una mierda chicos. Se acercan los 20 y, ¿que he conseguido de mi línea temporal? Nada. Pensé que todo cambiaría al haberme sacado el grado medio de enfermería. Al ascender a administrativa en el Bufete. Pero sigo en casa de mis padres. Mis ahorros se fueron a la mierda con el fallo ante hacienda.
No pasa nada, todo mejorará. ¿Has pensado en que la vida quizá no deba ser una línea temporal organizada?
¿Que tiene que ser entonces? Edahi, toda mi vida he soñado con mi casa de ensueño, mi príncipe azul. Esa bestia salvaje que a su misma vez me hiciese despertar con un beso, haciéndome ver que el sueño ocurre cuando estoy despierta. El príncipe que surque mares por mí, el que me haga ver la vida de colores. Mi profesión, salvar tantas vidas como este en mis manos, e irme a la cama con la satisfacción de que miles de sonrisas son producidas a esos corazones que siguen latiendo gracias a mi equipo sanitario, gracias a mí. Ser madre de tres bellas personas que rebosen amor. Un coche familiar donde poder ir con mi familia, mi Paris y mi marido. Un nivel económico elevado gracias a mi sacrificio, mi esfuerzo.Muchas cosas no deberían estar cumplidas ahora, vendrían mucho más adelante. Pero debería estar en ese camino y no lo estoy. ¿Me entendéis?- Le di un sorbo a la copa de vino y los miré fijamente. Moji miró a Edahi y resopló. Sabía que no estaba conforme con mi pensamiento.
Tiene que ser una aventura Aloha. La vida es un camino con miles de bifurcaciones. No tiene importancia el desvío que camines. Todos te llevarán al mismo lugar. - Moji puso su mano sobre la mía y le dio un fuerte apretón.
Exacto. Tú mereces un príncipe y lo tendrás. Mereces una vida maravillosa, llena de sonrisas, momentos felices y con un cielo despejado y estrellado cada noche en el cual puedas perder tu mirada. Tendrás esa casa divina desde la que respirarás el olor a mar. Simplemente vas caminando por una bifurcación con más baches de los esperados, algún muro que crea imprevistos y algo más largo. La vida es una sorpresa, una aventura. Vívela, sonríe y sé feliz. No te preocupes por el mañana.
Edahi no puedo ser feliz si veo como mis aspiraciones y sueños se desvanecen.
Aloha por favor. Simplemente sufriste un imprevisto que te deparó la vida. En lugar de lamentarte...¿Porque no piensas en porque este cambio? ¿Que maravillas piensa deparar el futuro que ha hecho que pases por esta enfermedad? Sigue mirando la vida con los ojos que la miras, sigue siendo la chica alegre y feliz. Sigue siendo tú, tan maravillosa, sumamente pija y perfecta en ese saco de defectos. Pero ni una lagrima más, ni una línea más.
Ama Aloha. Quizá te falta eso, amar. Nunca paras. Crees ser una superwoman. Estudios, llevar tu casa, trabajo, buscas cosas extras, prácticas.¿ Cuando vas a vivir? ¿Cuando te dejaras amar? Aloha, creo que tienes carencias y las llenas de esta forma y no te das cuenta. Ábrete al amor. - Moji me miró con tristeza. Creo que realmente creía que me sentía sola. Quizá en algunos momentos sí me he sentido sola. He necesitado a alguien durmiendo a mi lado. Sentir que hay unos brazos que me protegen de todo mal.
"No, no. ¿Que mierda dices Aloha? No pienses eso ni por un segundo. Llevas casi un año sin dirigirle la palabra a un hombre (exceptuando clientes del bufete, Edahi, pacientes y familia). Obviamente se entendía el sentido al que me refería. Siempre hay algún cajero en el súper. Un chico de seguridad en la estación. Pero jamás los tocaba, o les miraba a los ojos. Tendía a mirar al suelo en cuanto una voz masculina filtraba a través de mis oídos.
¿Cómo coño vas a amar? ¡Anda! estate quieta y deja al corazón en calma.Te lo dice tu pepito grillo y si no me haces caso, tendrás represalias. Ya sabes lo que le pasó a Pinocho por no hacerle caso al suyo."
- Vamos a brindar por este vino de 58 euros que sabe a madera y aún así debemos bebernos. - Alcé mi copa y los miré. - Va que hay que beberlo y un brindis conlleva a un trago - se miraron entre ellos y alzaron su copa en alto.
- No, vamos a brindar por el camino que cada cual escogió. Fue el que nos trajo aquí y ahora. El que nos hizo coincidir. - Edahi me guiñó un ojo.
- Por los caminos de la vida. Por ti Aloha, que gracias a ti estamos aquí. - Se llevó la copa a la boca con una sonrisa en ella tras hacer el brindis. Esa era mi Moji. Tan sumamente perfecta.
Aún me hacía gracia el día que la conocí. Con aquellas dos trenzas, sus gafas redondas de alambre y su cara llena de pecas. Fuimos a coger el mismo libro en la biblioteca y aquella voz aguda se dio a conocer. - ¿Para qué quiere alguien como tú un libro de Nietzsche? Recuerdo que la miré y vi que aún la formulación de su pregunta, no había maldad en ella. Aquello nos llevó a estar sentadas en el suelo de la biblioteca durante más de una hora hablando de mi línea temporal y la importancia de ella. Dos niñas de once años con mentes adultas, que casi nueve años después gracias a dicho filólogo...brindaban con una copa de vino.
Aquel viernes la comida en el Belug's se alargó bastante, se podría decir que nos echaron con la mirada.Todos los viernes íbamos, nos sentábamos en nuestra mesa, rodeada del sofisticado ambiente, viendo el mundo pasar ante la cristalera que daba pie a la calle. Era un local acristalado, donde la combinación del azul y el salmón lograban crear glamour y magia en una misma sintonía. De ahí fuimos al Coco bar. Era un bar musical con karaoke. Los gin's pasaban por mi mano, pero no como hace meses atrás que era como si de vasos de agua hablasemos. Moji cuando un tío me miraba o hacía el ademán de dirigirse a mí intentaba que yo fuese más abierta. Edahi veía en mi mirada que no estaba preparada, que no podía. Si Moji quería que yo le devolviera el saludo a algún tío debía meterme en el cuerpo un mínimo de dos botellas de ginebra y eso no iba a ser así. Simplemente quería reír, divertirme y tomarme unas copas con mis amigos.
No obstante Edahi sí consiguió ligar. Cuando quisimos darnos cuenta estaba bailando con un chico de una forma hiper sensual. Movían sus caderas de forma sincronizada, reían y finalizaron la canción a besos. Yo no iba a acabar acompañada en la cama, pero todo apuntaba a que él sí.
Moji y yo estuvimos bailando al lado de la barra hasta que nuestro cuerpo pidió un parón. Cuando esto ocurrió decidimos despedirnos de Edahi con un mensaje de texto. No era momento de interrumpir, pues Moji y yo cogeríamos un taxi.
No podía dormir, tan solo me dedicaba a dar vueltas de un lado a otro en la cama. Ya había desenredado mis pies de entre las sábanas dos veces. Pintaba una noche larga. Quizá debería empezar a vivir de una forma más aventurera, sin necesidad de llevar control hasta de los minutos que tardaba en cepillar mis dientes. Sin controlar todo lo que me sucedía en esta vida. Quizá los chicos tenían razón, había llegado el momento de vivir.
A veces nos esforzamos tanto en ser perfectos ante los ojos ajenos, ante nuestro reflejo en el espejo que nos olvidamos de lo más importante. Ser felices, vivir cada minuto como si fuera el último en el planeta. Yo ya llevaba dos años amargándome por mi línea temporal. Por las bifurcaciones que elegí ante este camino. Por tantas cosas que habían ido apagando aquella sonrisa que maquillaba mi cara de forma única y excepcional.
Me incorporé, me coloqué mis zapatillas y fui al escritorio.
Con boli en mano y la línea temporal expuesta escribí una nueva ramificación para los veinte.
Felices 20 años :
- Volar bien alto
- Vivir sin miedo al qué será
- Cometer impulsos
- Seguir luchando por cumplir mis sueños
- No permitir que tus dragones vuelvan a relucir.
Creo que era la primera vez que una ramificación tenía sentido. Este año todo iba a ser diferente. El dos iba a ser un gran número. Estaba convencida de que a mis veinticinco o veintiséis años mi vida estaría encauzada y la mitad de mis sueños cumplidos.
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Aloha y sus dragones
RomanceAloha es todo lo que su nombre significa. Amor, sueños. Ella cree en la magia del amor, en los cuentos de hadas, en los príncipes de toda película Disney. Pero a sus 20 años su vida cambiará por completo. Sus sueños se derrumbaran. ¿ Seríais capac...