Hasta el fin

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Estaban en medio del océano, la Isla había desaparecido cómo si fuera mera espuma, el sol relucía y no había señales de monstruos en las aguas, la tripulación saltó en gritos de felicidad, Edmund abrazó a su hermana fuertemente al bajar de la vela...

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Estaban en medio del océano, la Isla había desaparecido cómo si fuera mera espuma, el sol relucía y no había señales de monstruos en las aguas, la tripulación saltó en gritos de felicidad, Edmund abrazó a su hermana fuertemente al bajar de la vela, Rípichip reía en el hombro de Caspian. Todos estaban felices. Todos menos uno... una. Alexandra agradecía haber salido viva de allí, pero no encontraba a su hermano por ninguna parte, y puesto que lo había visto herido, no le llenaba de demasiada esperanza. Bajó las escaleras hasta la cubierta, Lucy la miró rápidamente antes de abalanzarse sobre ella, Edmund se aproximó a ambas y las abrazó.

-Estará bien, Aslan no dejará que le pase nada, Alex

La joven asintió, aunque no pudo retener la lágrima que asomó en sus ojos y escapó por su mejilla, no duró mucho, pues una cálida mano la limpió. Alex giró levemente el rostro para ver el de Caspian, que con Rípichip al hombro, la miraba cabizbajo. Los Peevense deshicieron el abrazo con su prima, dejando que el rey de Narnia la envolviera, apoyando su mejilla en su cabeza al ser más alto, y con Rípichip acariciando suavemente el cabello de la menor. El silencio se hizo en la cubierta, todos compartían el dolor y la preocupación de la joven, pues le habían cogido mucho cariño al niño, bueno, más bien al dragón.

-¿Qué es eso? -dijo Edmund sorprendido

Los ojos se alzaron al cielo, la Estrella Azul relucía más fuerte que nunca, entonces su luz se extendió como si fuera un fogonazo y la estrella cayó como un cometa sobre la cubierta, transformándose en la joven que habían visto en cuanto tocó el barco. Los marineros la miraban impresionados, los cinco reales no tanto, pues ya habían tenido el encuentro la noche anterior.

-Enhorabuena, héroes, habéis salvado Narnia -sonrió la joven -Todos vosotros

-¿Qué hay de los Lores? -preguntó Caspian con Alex aun en los brazos

La estrella extendió los brazos, su luz se extendió cegándolos a todos, cuando al fin pudieron ver de nuevo, los tres ancianos estaban en la cubierta con sus largas y blancas barbas, viendose como ancianos de miles de años. La joven caminó entonces hacia Edmund, su mano derecha se movió tras su espalda, como si allí sostuviera algo con un cinto, pero nadie vio nada, no hasta que su mano volvieron al frente con la espada de Peter entre sus dedos.

-Creo que esto es vuestro, Majestad

-Muchas gracias, mi señora -sonrió Edmund de oreja a oreja -Pero, ¿cómo...

-Las siete espadas se unieron, la magia corrió entre ellas, y el poder de Aslan venció

Alex se alejó suavemente del pecho de Caspian, caminando con cautela, acercándose a la estrella, la duda y la esperanza mezclada en su mirada.

-¿Las siete?

Entonces la luz volvió a extenderse, y esta vez, al lado de la estrella apareció un niño rubio, de piel pálida, ojos azules y pecas.

Finding a Queen (Encontrando una Reina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora