Eden

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Apenas me percate de que en algún lugar del centro comercial una mirada me quemaba la nuca.

Voltee dejándome ver a un disgustado Evans y a un radiante pelirrojo.

—Sonreí al ver a Nathaniel.

Mis manos se levantaron indicándoles que se acercaran, ambos chicos me dedicaron una sonrisa.

Cuando cho, del otro lado del lugar me vio, corrió cual resfriado y empujo a todo aquel que se interpusiera en su camino.

—Así que ahora la nueva moda es ¿oxigenada o me lave la cabeza con huevo?—Dije en forma de saludo.(se había teñido el cabello)

Ella me dio un pequeño golpe seguido de un abrazo con olor a chocolate.

Eden a mi lado miraba confundido la escena, miro a la chica junto a mi escaneandola sin descaro y luego sonrió.

—Oh si, dije recobrando mi cerebro perdido en los Pasos sigilosos de Nathaniel.

—Ella es Cho, dije señalando a la "nueva rubia".

—¿y tu eres?, preguntó Cho, Lo miró con cierta indiferencia.

—Soy Bond. James bond.

Ambas echamos a reír ante el comentario descolocado del chico. Eden nos Sonrió.

Nathaniel llego con su sonrisa de oreja a oreja.

Evans miro mal al chico, al parecer estaba celoso de Eden.

Soy Nathaniel, alzo su mano indicando un saludo formal.

Eden sonrió y tomo la mano del chico. Evans solo hizo un gesto con la cabeza. La sutileza no era parte de su vida.

A lo lejos divisamos a un pelinegro, Todos nos quedamos callados al ver a Tomás acercarse, firme y sin rodeos.

Nathaniel tenso sus brazos, Cho se paro erguida y Evans siguió con sus aires de prepotencia.

La rubia miro mal a Evans,
—Comportate—.

—Un placer, Cho hizo un gesto con la cabeza.

—El placer es todo mio. Respondió con amabilidad el pelinegro.

Todos estábamos callados a excepción de Eden que me seguía empujando hacia el restaurante de al lado .—tengo hambre balbuceo.

Todos se presentaron, el acto era incomodo. Y solo se dirigían la palabra si era " necesario".

(...)

Eden termino convenciéndonos a todos de ir al restaurante con temática de bosque.

Pedimos comida, la cual en la carta de presentación se veía muy deliciosa pero al verla en vivo, tal fue mi cara de decepción que todos se echaron a reír.

—¡Todos son unos idiotas!

—¿Como dijiste?—Pregunto el pelinegro tensando todo su cuerpo y desee que se tensara tanto que se le rompiera algún tendón o algo.

—Todos menos Tú"Santo Tomas"
—Todos se echaron a reír,el me fulminó con la mirada.

—¿Es enserio?, santo Tomas—susurro cerca de mi oído, solo podía hacer un gesto con la cabeza porque mis palabras no aparecían.

Suspiró dramáticamente devorando su carne sin cocer, es asqueroso como puede pagar por carne cruda.

Después de un rato de anécdotas y chistes en las que incluso Tomas participó, no es como si fuera un monstruo devora humanos. Al parecer también sonreía. Era una persona normal con sentimientos.

Ahogándome en TomásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora