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Había un chico, Carlos, en la clase de francés, que sabía un poco más que el resto del grupo. Lo consideraba, a él, y a otros cuántos, la gente "a vencer", la gente que me importaba, es decir, de los que estaba pendiente cuando estaba en esa clase. Ismael, aunque no era el mejor en francés, sabía cómo hacer las cosas y cómo "moverse" en el curso para estar al día con las tareas, mantener el estatus y ser cada vez mejor; a él lo consideraba, y aún lo considero, cuando hablamos de las clases de francés y en las demás que he tomado con él, una persona "+promedio", porque está justo por encima del estudiante común y sabe cómo mantenerse en esa zona. Volviendo a Carlos, era un chico cuyos ojos no llegué a ver, directamente, por mucho tiempo. Su cejas y sus ojos están intactos en mi cabeza, como una fotografía rápida y precisa. Lo único que sentía por él era respeto, ese respeto que siente un estudiante cuando sabe que hay otro que está a su altura, a su nivel.

Carlos estaba en el grupo de amigos de Ismael, como casi todos en la clase. Nunca me había topado con ninguno del grupo de los semiconocidos en todo un año de universidad porque sus horarios eran en la tarde y en la noche. Las caras-conocidas y yo, sólo estudiábamos en la mañana, por lo que entre ellos y nosotras no hubo conexión sino hasta ahora. En el aula, era notoria la división que había. Los que tomaban clases en la tarde estaban entre ellos, se juntaban entre ellos y hablaban entre ellos; nosotras, por igual.

El primer día de la clase de inglés, que lo recuerdo como ayer, el maestro, con lentes, un corte juvenil y sin llegar a los 40, según yo, entró al aula y los demás saludaron con familiaridad al, relativamente, joven profesional. Pero cuando nos vio, a mí y a mi grupo, le parecimos una cajita de fresas nuevas, frescas y amontonadas en medio del salón de la clase. Se acercó a nosotras y mencionó que no nos había visto ni por los pasillos de la universidad. Ahí le explicamos lo del horario matutino y comprendió al instante.

ENAMORADA EN SILENCIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora