Where's my love? [Reylo A.U.] [Lemon/Smut]

12

Tras un largo viaje, Ren y Tahiri llegaron a casa, ella aún se mostraba molesta por haber encontrado a su marido en casa de una chica, su molestia no era porque esa chica era la pintora, sino por el hecho de ser tan cercano a otra que no sea Pashma, su madre o ella misma. Sus celos podían ser incontrolables en ocasiones, está vez se estaba conteniendo, no quería armarle un escándalo a su esposo, sabía que su relación estaba en una situación muy delicada en esos momentos.
Kylo se dirigió a la ducha. Mientras se desatada la corbata pensaba en Rey, no podía sacársela de la mente. Nunca imaginó encontrarla en ese estado. Sabía que algo le ocurría, tal vez peleo con su novio, pensó, y buscó refugio conmigo. Debía hablar con ella, él sabía que no era esa clase de chica. Por lo menos estaba seguro de que Rey no sería capaz de acostarse con varios a la vez, y que si lo hacía con él no lo haría con otro. Debía ser otra cosa.
Mientras pensaba, entró al chorro del agua y se dejó empapar por las incontables gotas, respiró en alivio al no haber sido descubierto. Un golpe en la puerta llamó su atención, era Tahiri.
-¿Qué sucede?- cuestionó volteando a ver a la puerta sobre su hombro.
-Date prisa, ya está listo el almuerzo.- Ren Suspiró y salió, tomó unas toalla y comenzó a secar su cabello. Al no obtener respuesta Tahiri volvió a tocar un par de veces.
-Salgo en un momento.- respondió en tono serio.
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Estaban sentados uno frente al otro en una pequeña mesa en la cocina. Ren miraba, aún pensativo, su comida, no tenía mucho apetito por lo que bebió un poco de zumo de frutas. Tahiri notaba su actitud sería, sintió algo caliente que crecía desde su nuca hasta su pecho.
-¿Porqué no quieres hablar?- cuestiono ella furiosa.
-¿Qué?- respondió sin tomarle mucha atención.
- Que ¿qué es lo que te pasa, Ren? Has estado actuando diferente de un tiempo para acá. Ya no puedo soportar tus actitudes.
-Pues no lo hagas.- dijo serio sin notar el daño que le hacían sus palabras a la Rubia. Tahiri comenzó a sollozar, trataba de retener sus lágrimas sin obtener un buen resultado. Cuando Ren levantó la mirada se dio cuenta de que le estaba haciendo demasiado daño a una de las mujeres más importantes de su vida.
-¿quieres que te deje?- la voz se de cortaba con cada palabra que pronunciaba. -Si es lo que quieres… sólo dilo.
Ren se puso de pie, abrazo a su esposa contra su pecho y comenzó a acariciar su cabellera. No quería hacerle más daño del que ya le estaba haciendo, debía parar.
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La decisión estaba tomada por ambos, una separación, dejar de mentir a los demás y a ellos mismos,  era el mejor camino que podían tomar. Rey, antes de ir a su taller fue a la oficina de Kylo Ren, debía hacerle saber si decisión.
La secretaria no había llegado, por lo que tocó a la puerta, sin esperar respuesta prosiguió a abrirla, sus miradas se cruzaron de inmediato y Ren pudo notar que aún estaba pálida y tenía los ojos hinchados, como si hubiese llorado toda la noche. Sintió una punzada en su corazón. Una que nunca creyó sentir por Rey. Se puso nervioso, no la esperaba.
-¿Podemos hablar?- dijo en un susurro, casi imperceptible. Él le extendió la mano para invitarla a tomar asiento frente a él.
-¿Me vas a decir que pasó ayer?- cuestionó él entrelazando sus dedos sobre su escritorio.
-Nada importante.- mintió -solo vine a informarle que dejaré la ciudad.
-¿algún problema familiar?
- No, el señor Hux me ofreció un puesto en otra ciudad, dijo que era una extensión de esta misma empresa…- no lo miró a los ojos, decir esas palabras le dolía tanto como a él escucharlas -así que sólo será un tiempo.
Kylo no sabía que decirle, aunque ya había decidido dejarla le dolía que ella hubiese tomado la misma decisión.
-¿Qué te hizo aceptar?- cuestionó él. Rey miró alrededor para asegurarse que estaban solos.
- Los hechos ocurridos ayer, antier y desde que nos conocimos.- se miró las manos, con las que jugaba nerviosamente -Hicimos un acuerdo, sin sentimientos, y ya me cansé de negar que mi corazón no siente nada por usted, podría negarlo…- se detuvo un instante y suspiró -pero temo que eso sólo me hará más daño a mi, a usted y a la gente que nos rodea.
Sin esperar palabras se puso de pie y comenzó a caminar hacía la salida, en cuanto cruzará esa puerta no había vuelta atrás y ambos lo sabían.
-¿Cómo sabes que no ocurrirá lo mismo que la última vez?
-Esta vez estaré lejos.
Cuando salió y no fue detenida por el hombre, la chica puso un candado a sus sentimientos, Ya no hay vuelta atrás, se repetía mentalmente.
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Antes de dirigirse a la oficina de Hux, Rey se detuvo a pensar si lo que estaba haciendo era lo correcto. Claro que es lo correcto, pensó, estando lejos podrás olvidarlo de verdad. Decidida caminó a la oficina del imponente empresario. Pidió a la bella secretaria que anunciará su llegada. Al cabo de unos minutos la recibió.
Cuando Rey entró, el pelirrojo sonrió. Antes de que la castaña pudiera decir o hacer algo el comenzó a hablar con una voz llena de satisfacción.
-Bienvenida, Señorita Kenobi.- Rey sólo asintió mientras atravesaba la oficina -Dígame ¿En qué puedo ayudarla?
-Vine a fijar los términos de su propuesta.- tomó asiento y trató de verse lo más neutral posible.
-Lo dice de un modo en el que puedo adivinar que ha aceptado.
- En efecto, claro, antes debemos establecer las nuevas cláusulas a mi contrato.
-Además de las obvias ¿alguna que desee agregar?
-Solo una, las visitas de supervisión sólo deberán ser realizadas por usted. Nadie más.
-Es un trato.- respondió de inmediato.
Cuando Rey salió de su oficina, al cabo. De una larga conversación, no pudo evitar pensar en que su plan iba al pie de la letra. Ahora sólo le faltaba verificar que su presentimiento era correcto, que Rey y Ren si tenían una relación secreta. Podía estar equivocado con su amigo, aunque sus corazonadas nunca eran incorrectas.  
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Esa tarde Rey fue directo a su departamento, debía alistarse para su viaje. Al llegar encontró la puerta abierta, se extraño, recordaba perfectamente haberla cerrado como cada mañana antes de ir a trabajar. Al entrar se encontró con una grata sorpresa. Dentro estaban sus abuelos Satine y Obi-Wan Kenobi. Al verlos corrió a abrazarlos, nunca creyó que en uno de los peores momentos de su vida se iba a encontrar con sus amados abuelos. La muchacha dejó caer algunas lágrimas, tanto de felicidad como de dolor y a la vez de alivio sintiéndose segura y protegida en los brazos de ambos.
Al cabo de unos minutos soltaron su agarre, Rey le limpió el rostro con la manga de su blusa y sonrió tan radiantemente que casi engañó a su abuela. Satine la analizó de pies a cabeza y notó de inmediato que algo le ocurría y que habían llegado en el momento adecuado, suposiciones que sólo una abuela podría hacer.
-Creí que estarían en alguna isla exótica.- dijo Rey mientras se dirigía a la barra de la cocina y se servía un paso con agua.
-Decidimos volver antes.- dijo Obi-Wan, quien veía los cuadros de Rey.
-Dice eso para no admitir que te extrañaba.- dijo Satine mientras le guiaba el ojo, Rey sonrió como respuesta.
- No llegan en un mejor momento.- Rey debía darles la noticia de su pronta mudanza -Por el trabajo, me enviarán a otra ciudad, hoy firmé el nuevo contrato.
-¿Es alguna clase de ascenso?- cuestionó su abuelo con aquel tono particular de seriedad y análisis.
-Así es, además me pagaran los viáticos que conlleva mi viaje.
-Me alegra mucho, querida.- dijo Sabine mientras le estiraba los brazos para abrazarla, Rey sin pensarlo dos veces camino hacía ella y se abrazaron tan fuerte que ninguna podía respirar de forma correcta.
-Obi.- llamó Satine -Puedes ir a comprar algo de comida rápida.- el hombre asintió y sin decir palabra tomó su abrigo y salió del departamento. Cuando escuchó el sonido de la puerta Satine continuó. -Ahora que no está tu abuelo, Cuéntame, ¿qué es lo que ocurre?