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Habían pasado diez años desde el acontecimiento en el cielo, y aunque aquel día habían pasado tantas cosas parecía que nadie lo recordaba a excepción de una chica.

—Eli, Cariño!— Grito la madre desde la cocina —Debes llevar al gato a la veterinaria! Ya es la una de la tarde!— añadió asomando la cabeza por la puerta para mirar a una joven castaña de grandes ojos verdes.

—Mamá es gata!— contesto con una leve risa, se levanto y tomo a la pequeña gata y un poco de dinero —Ya vuelvo— dijo y su madre contesto un asentimiento de cabeza.

Elizabeth subió a un bus que la dejo enfrente del centro comercial en donde estaba la veterinaria, entro al local y vio la "enorme fila" (según ella) que había para atender a las dichosas mascotas.

Pasaron varios minutos y Elizabeth estaba realmente tensa por tres razones: odiaba esperar, tenia hambre y había un perro enorme mirandola como si fuera un sabroso pedazo de carne.

Y por suerte seguía ella, dejo a Cookie (la gata) y le entregaron una ficha la cual la tenia que devolver para que le entregasen a Cookie.

Salio del lugar y se dio cuenta de que en la calle de enfrente había una heladería y no dudo ni un segundo en ir por un helado de galleta, pues entre ir a pie y comer helado o irse en bus y no probar esa delicia, todos haríamos lo mismo.

Miro hacia los lados para cruzar la calle, ningún auto había cerca, se dispuso a cruzar cuando un rechinido, unos pitidos se escucharon, todo fue tan rápido que solo sintió un fuerte dolor y su vista se nublo, estaba tirada en el pavimento llena de sangre y con la respiración muy lenta.

—Mierda!, No te mueras...— Fue lo ultimo que escucho.

*Pasaron muchas horas, demasiadas...*

Elizabeth abrió el ojo derecho.

—Esta no es mi casa, estoy muerta— pensó

Cerro el ojo y abrió el izquierdo.

—Estoy en el cielo? Esto no parece el cielo... Ni el infierno— pensó y soltó un suspiro

Cerro los dos ojos, y después los abrió.

—Joder!— Grito asustada al ver a un chico (bastante atractivo) a escasos centímetros de su rostro observándola, podía sentir la respiración agitada del chico chocando en su cara.

—Estas viva!— suspiró el chico

—Donde estoy?, Quien eres?, Que paso?, mi helado de galleta no me lo comí...— Elizabeth hablo muy rápido y el chico retrocedió asustado.

—En mi departamento, Lucifer Luzbel, hijo del rey de las tinieblas por lo cual soy el príncipe de las tinieblas pero puedes decirme Peter... Es mi segundo nombre— Peter se alboroto su cabello negro —te atropelle... Y te moriste, le pedía a Morana que me ayudara para traerte devuelta— la chica lo miro seria y después comenzó a carcajearse por lo cual Peter la miro extrañado.

—Que buena broma!, Donde esta Evan?, O acaso te contrato mi padre?— Pregunto Elizabeth mientras reía.

—No es ninguna broma— Contesto Peter serio.

Eli se quedo mirando a Peter por un rato, no hubo ni una risa, ni una sonrisa, ni ningún signo que le dijiera a ella que Peter bromeaba.

—Asi que... Estoy muerta y me fui al infierno?— Pregunto incrédula

—No, no del todo— Hablo Peter mientras se sentaba delante de la Elizabeth la cual estaba acostada en un sillón, por lo que ella igualmente se sentó —"Te asesine"— hizo comillas con los dedos — y como fui el causante de tu muerte aparecería esa información en el cielo, cosa que resulta ser severamente malo para mi bienestar— río nervioso —entonces le pedí a mi amiga Morana que es como una muerte que te reviviera, pero eso tiene un precio y es que soy ahora como tu esclavo— Empezó a respirar muy rápido.

Elizabeth lo miro mal y se levanto de golpe, provocando que el ojiazul se diera un pequeño salto.

—Realmente no se quien eres, ni que clase de cosas me habrás hecho— hizo una mueca de asco —Pero amigo realmente te faltan unos, bueno bastantes tornillos— El chico rodó los ojos —Nesecito que me lleves a mi casa, no se en donde rayos estoy y mi madre me va a agarrar a chanclasos—

—Esta bien, pero firma esto— Eli fruncio el ceño, no tenia nada —Aqui— y por arte de magia apareció un pergamino en fuego.

—Que buen truco... Cuánto le habrán pagado?— Pensó la castaña

—Si, sí... Claro, ya llevame a mi casa— Dijo dirigiéndose a la salida, o lo que creía que era la salida.

—Aquí esta tu gatita y esa no es la puerta, es el closet— soltó una risa el azabache

La chica se giro con cara de pocos amigos, y agarro a Cookie. Peter y ella salieron del departamento el cual ella noto que era MUY LUJOSO.

En el estacionamiento había bastantes autos lujosos, bonitos y para nada baratos, Peter camino hasta un auto deportivo negro y ambos se subieron a el.

Poco después de haberse subido al auto Eli se quedo dormida.

—Llegamos—Elizabeth se despertó y noto que estaban estacionados fuera de su casa.

—Cuando le dije mi dirección?— Pensó la ojiverde confundida, este chico le estaba dando miedo.

—Bueno, adiós... Lucifer?— Dijo la chica mientras bajaba del auto con Cookie.

—Tienes que firmar esto— Y entonces Elizabeth se hecho a correr a su casa —Tienes que firmar!— Dijo Peter corriendo detrás de ella.

La chica entro a su casa y le cerro la puerta en la cara.

—Abreme!, Si no romperé la puerta!—Dijo Peter mientras tocaba constantemente la puerta.

Eli ignoro a Peter y se fue a la cocina por un vaso de jugo de naranja.

Y de repente los golpes cesaron por unos segundos para que fueran remplazados por unos aun más fuertes.

La chica se asomo hacia la puerta de la entrada y vio como Peter la rompía con las manos... Con las manos!.

—Te dije que rompería la puerta— Dijo ya adentro de la casa mientras se sacudía las manos.

—Largate de mi casa o llamare a la policia!— Dijo Eli asustada mientras miraba tragaba saliva.

—Cariño dejame decirte que no puedes, yo tengo tu celular— Peter saco de su bolsillo el móvil de Eli — Y el teléfono de casa no lo pagaste y lo han cortado— añadió

—Como rayos sabe eso... Es un maldito acosador, ya me violo, me mato y me tiro en el bosque y lo peor de todo es... Que no me pude comer mi helado de galleta!— Pensó la muchacha.

•LUCIFER• (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora