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Elizabeth dejo sola a Laila, pues la pelinegra le había pedido un poco de espacio.

Ya era de noche, la castaña estaba sentada afuera de la cabaña mirando el cielo.

—¿Por que estas aquí sola?— Dijo Peter mientras salia.

—El destino tal vez— Elizabeth bajo la mirada y le miro a los ojos provocando que el chico se estremeciese.

—Bueno, el destino me dice que me acompañes— Elizabeth sonrió y se levanto del suelo, Peter le tomo de la mano y se introdujeron mas al abismo boscoso.

Después de varios minutos caminando y de muchos "No te habrás perdido, ¿verdad?", los chicos por fin llegaron al lugar donde Peter se encontraría con su informante.

El lugar estaba en completo silencio, y muy rápidamente se oscureció aquella parte del bosque algo que a Elizabeth le daba bastante mala espina.

Pocos segundos después apareció una mujer con un vestido rojo al igual que sus labios y su cabello dorado brillaba al compás de la luna.

—Lucilu que gusto volver a verte— Musito la mujer con voz suave y relajada mientras se acercaba a los chicos.

 —Eva no sabia que vendrías—  Peter la examino, algo andaba mal no se suponía que ella estuviese aquí.

  — Cariño entonces, ¿a quien esperabas? — La mujer amplio su sonrisa y examino minuciosamente a Peter, dándose cuenta así de la presencia de Elizabeth. — Oh cariño, ¿no me presentaras a tu amiguita?—  Al escuchar esto Peter coloco detrás suyo a Elizabeth pero eso a decir verdad no sirvió de mucho pues de repente Eva ya se encontraba detrás de ambos con una sonrisa sádica.

—Así que esta es la chica que mataste... Todo el cielo y el infierno habla de ello— Murmuraba la rubia mientras se acercaba y tomaba del brazo a Elizabeth.

  — ¿Ya lo saben?, pero se suponía que aun nadie se había enterado— Peter miro a la mujer confundido y esta se encontraba "examinado" a Elizabeth, aunque la estaba jalando y estirando de muchas partes como su cara, brazos y si, hasta sus piernas...

  — Luci, Luci los demonios de cuarta que te sirven no saben lo que es la lealtad— Eva negó con la cabeza y Elizabeth pudo huir de ella. —Deberías de cambiar de informantes y de secuaces malignos— Rio a carcajadas pero de pronto un gran estruendo se escucho en el cielo. —Tengo que irme... alguien viene, adiós Lucilu —

Elizabeth miro con la ceja alzada a Peter el cual solo se rascaba la nuca, la castaña tenia muchas preguntas que hacerle pero antes de que pudiera tan siquiera decir algo un hombre apareció de entre las sombras.

  — Lucifer lo lamento — Fue lo primero que dijo el hombre con acento británico.

  —¿Alfred?, ¿que lamentas?, ¿que ocurrio? — Alfred salio de entre las sombras iluminándose por la luz de la luna dejando ver así las marcas y cicatrices que cubrían todo su cuerpo.

  — Lucifer, creo que algo anda muy mal — Susurro Elizabeth y Peter le sujeto la mano con fuerza.

  — ¿Quien te ha hecho eso?, joder Alfred, estarás bien te lo prometo—

  — Lucifer de verdad lo lamento trate de resistir pero al final Miguel... —

  — Ese hijo de perra— En eso una daga brillante atravesó a Alfred el cual cayo de rodillas dejando ver así a quien le dio fin a su agonía.

  — Mucha charla, ya me estaba quedando dormido —  Bostezo el hombre con pintas de abogado.

  — Maldito hijo de perra te matare— Peter le miraba lleno de odio mientras Elizabeth miraba la escena desde detrás del azabache.

  — A mi también me da gusto verte sobrino— Sonrió el arcángel  con arrogancia— Pero no estoy aquí para una reunión familiar vengo por asuntos de trabajo—

  — ¿Trabajo?, ¿enserio? —

 —SI realmente no te miento sobrinito— Se carcajeo Miguel — Pero vamos al punto, los ángeles y algunos arcángeles ya no sabían que hacer sin Dios, ya sabes desapareció desde que encerró a tu padre, a mi queridisimo hermano en el infierno— Dato que Peter desconocía, Miguel se toco el pecho y hizo una mueca simulando tristeza—Así que yo me ofrecí para guiarlos en su camino al bien y a la gloria, y la primera cosa que obstruye nuestro plan eres tu y tu maldita idea de cerrar el cielo con todos nosotros allí dentro y la otra aun mas estúpida idea de abrir el infierno y dejar salir a tu padre  —

  —  ¿Y crees que con esta charla ya cambie de opinión?  — Bufo Peter rodando los ojos.

  —  No, pero tal vez si me llevo algo que te interese hagas lo que te diga, por ejemplo consígueme la llave o no volverás a ver a esta linda humana de nuevo, un angelito me ha dicho que es importante para ti  — Entonces de repente Elizabeth estaba junto a Miguel con una cara de asombro.

  — Pero que mierda... —  Susurro la joven, en eso ella y Miguel desaparecieron de manera abrupta sin dejar rastro.


•LUCIFER• (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora