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Elizabeth estaba haciendo todos los trabajos que tenia atrasados cuando Peter entro con una sonrisa.

—Hanna, Hann, tu, ru, ru— Llego Peter, haciendo que su voz cantarina llenase el lugar, Elizabeth alzo una ceja y este sonrió.

—¿Que sucede Lucifer?, ¿Por que estas así?— Pregunto Elizabeth mientras cerraba su libreta.

—Mañana por la noche me darán información valiosa sobre la llave— Elizabeth sonrió y volvió a abrir la libreta.

—¿Y?— Pregunto la chica sin mucho interés, digamos que tenia bastantes trabajos atrasados.

—Pues saldremos, tengo una cabaña en el bosque, invita a tus amigos, en una hora partimos— La chica lo miro extrañado y Peter le guiño un ojo.

El azabache salio de la habitación y Elizabeth se quedo en shock por unos segundos y le mando un mensaje a Laila diciéndole lo de la cabaña.

Cuando se envió el mensaje inmediatamente se fue a la habitación que antes compartía con Evan.

—¡Holis!, Lucifer me dijo que nos vamos al bosque, guarda todo e invita a Eddy—

—¿Que?— Evan la miró confundido y esta suspiro pesadamente.

—Nos vamos a una cabaña, invita a Eddy, ya invite a Laila— El peliazul asintió y Elizabeth salio de la habitación.

La chica se fue a su habitación y empezó a guardo un poco de ropa y cosas de ese estilo, cuando estuvo satisfecha con su elección se metió a duchar y se cambio de ropa.

Exactamente una hora después Elizabeth bajo con Laila, Eddy, Evan y Peter.

Todos guardaron sus cosas en la camioneta de Peter, y se encaminaron hacia la cabaña.

Peter conducía mientras que Evan y Eddy iban dormidos, tal para cual.

—Hey, Eli— Susurro Laila y la nombrada se giro.

—¿Mmm?, ¿Que pasa?— Pregunto la chica acercándose un poco al oído de la azabache.

—¿Que hay entre tu y Lucifer?— La castaña se sorprendió y soltó una leve risa.

—Nada, ¿porqué?— Pregunto con curiosidad, y su amiga no dudo en responderle.

—Te ha estado mirando por el retrovisor desde que nos subimos—

Las chicas no volvieron a conversar, poco después Laila se quedo dormida también.

—Elizabeth, necesitamos hablar— Dijo Peter mirando a la ojiverde por el retrovisor.

—¿Sobre que?, o ¿porque?— Pregunto un poco confundida.

—Sobre ti, sobre mi, sobre nosotros— La chica fruncido el ceño, aun no entendía de que quería hablar.

—Sobre nosotros?— Peter asintió y suspiro.

—Si, más tarde hablamos—

No volvieron a hablar, y la castaña solo pensaba en lo que quería hablar Peter, aquello le carcomía la cabeza.

—Llegamos— Anuncio Peter con su voz varonil, todos se despertaron y Elizabeth salio de sus pensamientos.

—Uff, por fin, ya tengo sueño— Todos miraron extrañados a Laila esta solo soltó una carcajada y después bostezo.

Cuando se percataron de la cabaña alucinaron, o casi lo hicieron. Como era de esperarse no era una cabaña pequeña que por algún motivo extraño se esperaban, era una cabaña enorme, de esas que solo los más ricos de los ricos podían tener.

Cada quien se fue a una habitación, a excepción de Evan y Eddy que compartian un sola.

Era apenas las seis de la tarde, Evan, Eddy y Laila comenzaron a preparar la cena, al parecer tenían mucha hambre.

Entonces Peter noto que era el momento perfecto para poder hablar con Elizabeth, fue a la habitación donde estaba ella y le puso cerrojo. Esta acción provoco que la castaña tuviera sumo nerviosismo.

—Hanna Elizabeth— Nombro severamente Peter —Ay algo en ti, ni se como explicarlo, tu alma, tu sangre, tu cuerpo— La castaña no comprendía a lo que se refería.

—Que sucede con mi cuerpo?— Cuestión Elizabeth.

Peter no dijo nada y se acerco abruptamente a la chica, esto hizo que la ojiverde temblará, no le gustaba este tipo de situaciones, no le gustaba lo que sentía.

—Solo dolerá un poco—  Informo el ojiazul en un tono dulce —Nesecito saber si estoy en lo correcto—

Después el azabache alzo su mano la cual comenzó a brillar en un tono rojo oscuro y atravesó el pecho de Elizabeth, la cual gimió.

Algunos segundos después Peter saco la mano del pecho de la chica, y sus ojos se tornaron negros.

—Tus ojos— Balbuceo la chica.

—Yo, tu, alma, eres— Jadeo Peter, este se veía bastante cansado.

—¿Estas bien?, no te ves nada bien— Pregunto la ojiverde con preocupación.

—Si, solo que...— Contesto el azabache con la voz apagada, pero antes de poder terminar de hablar se desplomo en el suelo.








•LUCIFER• (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora