"Esta historia es una que aún no termina, joven Kashmir. Muy cerca están las almas de las que hablo. Escucha, que en esta historia cae la verdad de las calamidades: el por qué es tu decisión que aún exista el dolor.
Esa mujer que ves en medio del valle, tan sola, bajo ese árbol junto a esa lápida no ha olvidado ni un momento desde que tiene memoria. En su familia corre el don de la memoria perfecta, y cada pocas generaciones, nace un individuo capaz de recordarlo todo. Hay quienes añaden pequeñas mentiras para recuperar la memoria perdida, pero ella no necesita hacer eso. Tal vez por eso ahora vive arrodillada a una tumba.
Encontró el amor de su vida sin buscarlo, y si le preguntas, ella recordará a la perfección la mirada de él cuando la conoció. Fue mágico como esas dos almas se encontraron. Ambos supieron en ese instante que estaban destinados a unirse. Ella recuerda cada flor que él le dio, cada beso y cada abrazo de despedida. Vivieron tantos años en la salud y en la enfermedad, heridos y enamorados. Ella atesoraba cada memoria como parte de su amor. Se volvió la mujer más feliz del mundo pues cada vez que él la hería, ella solo recordaba una vez que él le había demostrado su amor. No había nada que pudiera afligirla, pues siempre tenía la memoria de un mejor ayer.
Su esposo enfermó en un mal viaje y volvió a casa incapaz de caminar. Ella lo cuidó con amor total, recordando cada vez que él la había cuidado. Ella conversaba con él si se sentía solo, le alimentaba y ayudaba a bañarse. En esos últimos días, ella sólo se dedicó cuidarlo sin que él pudiera abrazarla agradecido.
Es por ello que el día que él falleció, ella no pudo levantarse ahora. Lo extrañó con locura, incapaz de olvidar lo feliz que había sido. Nadie le había dicho que podría ser fácil vestir de negro y enterrar al amor de su vida, pero ahora nada tenía sentido para ella. Las memorias felices eran un ancla que la desgarraba por dentro. La risa de su esposo es tan vívida que sufre con solo recordar. La despedida fue lo más difícil para la mujer más feliz, quien su incapacidad de olvidar la tiene presa en esa lápida."
Kashmir siguió su camino imaginando si podía ayudar a esa mujer. El amuleto siempre tenía una tragedia que contar, o al menos, la explicación de por qué las cosas eran como eran. Sin embargo, aún no comprendía el por qué de su travesía. Kashmir observó de lejos la silueta de la mujer reclinada en esa tumba, imaginando ahora ella no olvidaba los días enteros que pasaba allí.
Nadie dijo que sería fácil decir adiós, y Kashmir se preguntaba si algún día ella podría hacerlo.
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La Leyenda de Kashmir y las Voces del Lago
AdventureKashmir le decían el villano de una leyenda nunca escrita. El que viajó por los reinos y las tierras encontró más villanos y más héroes, pero ninguno para su propia historia. El Lago de Agua Clara alguna vez fue el lugar donde cientos habían hecho...