Los Cazadores Eternos

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Un bosque oscuro rodeaba al Reino de Astoria como un misterioso páramo que hacía peligroso aventurarse lejos de casa. Kashmir se adentró en él con valentía, rodeado de cantos con eco y colores brillantes en el follaje salvaje que cubrían el suelo. Por un instante, Kashmir temió perderse en el inmenso follaje pálido del Bosque, confundido por los ecos y los destellos de color. 

Su amuleto de pronto comenzó a brillar como el bosque a su alrededor. Un extraño fulgor azul, luego verde, amarillo, violeta y azul de nuevo comenzó a resplandecer desde el amuleto y el suelo que pisaba. Las hojas y flores al rededor creaban con el extraño resplandor complicados patrones, hermosos y nunca antes vistos. Kashmir sostuvo frente a él con manos temblorosas el amuleto que la reina le había dado. 

Una niebla cubrió a Kashmir repentinamente mientras que la misma voz antigua y majestuosa hablaba directamente desde el amuleto. La niebla pareció desvanecerse frente a él, pero sólo en frente, pues aún Kashmir era rodeado por la niebla. 

"Esta es la historia de los Cazadores Eternos. Escucha bien, joven aventurero, que la verdad de tu búsqueda se esconde en esta historia. Dos almas que se cruzan desafiando al destino no tienen nada escrito en su futuro, como si el camino a él estuviera cubierto por una niebla impenetrable.

En algún tiempo lejano, este bosque fue alguna vez el hogar de un Cordero que apenas se había separado de su rebaño. Éste apenas aprendía a vivir solo, siguiendo su propia voluntad. Un día, escuchó los dolidos lamentos de un lobo de pelaje negro herido en el bosque. Nunca había un animal así andado por estos lares, mucho menos habría algo que pudiese herirlo. El cordero, desafiando su instinto de huir, se acercó al lobo que yacía herido sobre las hierbas. La sangre brillaba aún en el negro oscuro del pelo del lobo. El Cordero entonces, con su lana blanca, limpió la herida del lobo y la sanó. El lobo, agradecido, se levantó alto y aulló feliz. Pero repentinamente una punta venenosa dio con el pequeño Cordero, dañándolo justo como al Lobo. El más pequeño no comprendió qué sucedía, pues ésta no era una herida que él pudiera sanarse a sí mismo. El Lobo aulló enojado, pero sea cual fuera la fuente que los hería, ya estaba lejos.

El Cordero se levantó temblando, y cayó de nuevo en el suelo. El Lobo lo ayudó a ponerse de pie de nuevo, y lo cargó en sus hombros mientras sanaba. El veneno, sin embargo, no dejaba de correr por las venas del más pequeño. Algo muy peligroso rondaba en aquél bosque, que era su hogar. El lobo se decidió a cazar a aquello que los intentaba matar, y así se lanzó tras los arbustos, los árboles, buscando a la misteriosa creatura de puntas afiladas y venenosas. 

El Cordero sólo se aferraba al lobo intentando no caer, siendo el más temeroso y menos peligroso de los dos. Pero el Cordero poseía una magia propia de ese bosque, la misma que había sanado al lobo. Así, al cruzar con una rama caída del árbol más grande del bosque, con su lana el Cordero la convirtió en un arco. Flechas veloces eran lanzadas por el Cordero en la espalda del lobo, y así se hicieron los Cazadores de aquél bosque.

Pero nunca encontraron a la criatura de las puntas afiladas y envenenadas. Se dice que ambos buscaron por todo el bosque, incapaces de cobrar venganza. Su deseo original nunca se cumplió. Pero en el camino, cazaron a otros depredadores temidos, volviéndose en los héroes de aquél bosque. El Cordero aprendió a envenenar sus flechas con su propia sangre, impregnada con ese veneno misterioso. El Lobo aún saboreaba el veneno de su propia herida, y sus mordidas se hacían las más mortales del bosque.

Pero siendo tan poderosos, nunca tuvieron el éxito por el que se volvieron cazadores. Aún cazan juntos otras presas, pero nunca la que querían encontrar. La razón que los unió ha desaparecido, pero cazan aún. Es por ello que son los Cazadores Eternos, pues la cacería nunca terminó. Aunque en su destino no exista un final para su cacería, eso los mantiene unidos. Así es como perdieron su destino al encontrar otro al lado de su compañero. Los espíritus del Cordero y el Lobo aún rondan en estos bosques. Al mirar con detenimiento los árboles de este bosque, algunos tendrán la Marca de los Cazadores. Significa que han estado cerca.

Cuando los Cazadores Eternos encuentren su presa, habrá terminado su cacería."

La niebla alrededor de Kashmir se disipó, revelando el bosque denso como antes, pero con destellos de luz en cada árbol. Las Marcas del Cazador marcaron el camino fuera del Bosque, directo hacia su siguiente destino.



La Leyenda de Kashmir y las Voces del LagoWhere stories live. Discover now